septiembre 21, 2010

Punta del Este – Memorias, aceptación & disculpas – 0030 horas

PROLOGO: Pasó medianoche, acabo de ver “Dear Jhon” y me han entrado deseos de escribir, mucho, sobre muchas cosas. De nada vale tratar de dormir. Aún con el calientacamas listo en 1, he preparado una vieja bolsa de agua caliente para que mis pies inquietos y congelados por transitar de aquí a allá la casa vacía, dejen de distraerme.
No vale la pena arrepentirme de lo que escribiré, nunca me he arrepentido de lo hecho, solo de lo que talvez pude hacer y no hice. Esto va con un abrazo a Marcia, las disculpas por algo que tiene ya tantos años y que talvez, solo talvez, no supo.

Conocí a Marcia al entrar a primero de secundaria.
Ambos teníamos 12 años, yo la matricula 6 por ser Carlos y ella la 20 y pico por ser Rivas. Además de eso, ella sigue siendo un mes mas vieja que yo y casi un metro mas bajita… bueno no, solo 30 y algo de centímetros.

La primera vez que la acompañe a su casa desde el liceo, en una maratón increíble que repetí por años ya que ella vivía exactamente a una cuadra del final del pueblo, su padre abrió la puerta y yo no supe decir otra cosa que: “ - es que le dolía el bracito con los libros”.

Aun después de casados, Cesáreo (vaya nombre que lo bendijo) reía con sus dientes y cejas gallegas, tomándome el pelo, retorciendo su cuerpo flacuchento y fibroso mientras repetía mis palabras: “- es que le dolía el bracito…

Cuando era niño quería ser Arquitecto, Aviador o Carpintero. Me saque las ganas de la Arquitectura en la facultad, puedo considerarme aviador por mis muchísimas horas de vuelo aunque nunca he pilotado un aeroplano, pero jamás habría llegado a ser carpintero si “el gallego Rivas” no me hubiera enseñado el oficio.

Durante dos años pase de clavar camas a tallar la madera, pero un día, él mismo me dijo:
- ve! no tienes nada más que hacer aquí
… y entré a la Radio del pueblo, como Locutor Operador, de las 6 de la tarde a la medianoche.

Eran años en que cantaba, como siempre, como no, en coros de liceo y de mayor alcurnia, el Departamental de Maldonado con el maestro Kydie D´Elia.

De pocas cosas tengo mejores recuerdos, pero esta historia que os cuento, es uno de las más románticas de mi accidentada adolescencia.

Ese verano ya tenia 16 y no era como todos los de 16, aunque para esta historia, la inocencia y pureza de esa edad, vista en perspectiva, aplica.

Ese año conocí a Dulce Daniela y Marcia conoció a Daniel.


De la segunda parte de la historia (Marcia &Daniel), solo puedo contar que lo presentí, a tal punto que aquella noche en la Radio San Carlos, cuando Marcia volvió con rostro desconocido de su campamento en el Andresito, su cara se desfiguro al escucharme decir: - conociste a Daniel?

Creo aún, que ella jamás pudo imaginar como yo adivine aquella situación.
Yo tampoco tengo idea.

Daniel era un Montevideano totalmente desconocido, en aquellos años, lejanísimo. Pero no para Ismael, porque Daniel, era nada más ni nada menos que el novio de Dulce Daniela y la sincronicidad del universo (que yo ignoraba entonces) nos cruzo en diferentes lugares y de diferente forma aquel año a las dos jovenes parejas.
Nunca supe lo que paso, nunca pregunte demasiado y aun tengo guardada una carta que le escribí a Daniel por aquellos días en mi vieja maquina de escribir portátil.


Pero esta entrada es pieza de mi confesión, no de esa historia paralela, así que les contare una de locuras adolescentes y platónicas si las hay. Solo para que ustedes rememoren las suyas propias, sonrían con la inocencia de ese tipo de enamoramiento y algún día, se animen como yo, a contárselas a todo el mundo.


Era Noviembre y venían a la Sociedad Unión a cantar la Coral de Rocha y el Siglo XXI de Montevideo.
Lo haré corto, me flecho la hija del director del coro, Dulce; así se llamaba.
Era probablemente la niña más fea del grupo, cara no tan afortunada, pelo rizado bien recogido y estirado en una cola de caballo. Cuerpo de 13 o 14 sin gracia.



De alguna forma que no recuerdo se lo hice saber, pero Montevideo estaba muy muy lejos.
Contarles como hablé algunas veces con ella por teléfono, es propio de otra entrada completa o más, pero lo cierto, es que ocupaba buena parte de mi mente.
Terminadas las clases, me enteré que se iría a Yugoslavia por todo el verano (Si Yugoslavia, leyó bien).Eso parecía una inmensa distancia, aun cuando ella vivía tan lejos de mí. Por dentro, el joven Ismael, siempre más viejo que su edad, sabía que Europa devolvería a aquella niña muy cambiada.


Cometí la estupidez de llegar de sorpresa a su casa una mañana.
Espere frente a su puerta.
Desconcertada y niña, no pude mas que acompañarla a su clase de “algo” , en el viaje de ómnibus mas incómodo que haya vivido.
Ella no estaba lista para vivir eso y yo, no estaba listo para trasmitirlo.

Como tantas otras veces en mi vida, cambie un día completo de viaje, esfuerzo, costos, ansiedades y emociones, por 15 minutos de nervioso placer.

Cuando volví a mi San Carlos, a mi vida y a mi radio, decidí contarle cada noche, lo que vivía en su ausencia.


Hoy, aquí, 23 años después, estoy decidiendo lo mismo para con otro amor asumido imposible, incumpliendo eso de hacer las cosas diferentes para lograr otro resultado, fiel a mí y lo que siento, para algún día recordarlo con el mismo gusto que recuerdo esta aventura.
Mas allá, mucho mas allá de cómo sea recibido o valorado.
Porque amar, es entregar y yo soy de los que les cuesta recibir, pero que feliz me hace sorprender siempre.


Invertía buena parte de mi parco sueldo en comprar cassettes TDK Metal de 90 minutos; eran los mejores y mas largos que existían en ese momento.
Cada noche, terminada la transmisión a medianoche y dedicaba a veces 5, a veces 30 minutos, a grabar lo que había pasado ese día.
Lo que había pasado entre nosotros, aún cuando yo era el único allí : en la radio, en el pueblo, en el país, en aquel sentimiento de pareja.


“Love hurt” de Nazareth era el típico tema de fondo, pero algunos días, otras rolas se apropiaban de la escena al influjo de algún pensamiento, “Margarita” de Richard Cocciante era una de los recurrentes.


Un viejo almanaque de mano de “La Forchela”, un programa exitoso de la tarde en la radio, registraba indefectiblemente cada día grabado, mientras los cassetes se iban apilando en una caja de zapatos color rojo.


Un día de Abril, el Siglo XXI volvía a San Carlos a cantar con nosotros.
La cita seria en la Parroquia del pueblo, pegado a la radio.
Yo había cambiado al horario de la tarde para poder estar en la cita, obvio, la cita con el coro para cantar, la única acordada que tenía.
El ómnibus desde Montevideo llego durante mi horario, antes de las 18 y estacionó justo frente a la Iglesia.
Mis nervios eran incontenibles, estaba en el balcón del segundo piso sobre el Cine, viendo bajar de a uno, a cada miembro del coro, con tonto temor de que alguien me viera, hasta que ella bajó.



Tal como lo sospechaba, estaba irreconocible.
Su pelo había aceptado que corrían los ´80s, lucía suelto, crespo y muy armado.
Su cuerpo había crecido 3 años en 3 meses. El resto, a los ojos de mi corazón, continuaba igual.


Mi tiempo de grabar había acabado.
Puse el último cassette inconcluso en la caja y me dirigí a la casa parroquial.
Su madre, Nora, me vió primero y me saludo con ese cariño que las mamás le tienen a los nenes que quieren de “dragones” para sus niñas. Ella a diferencia de Daniela, sabía lo que pasaba dentro de mí.


No puedo recordar claramente el rostro de Dulce al recibir la caja con más de 20 cassettes indexados y otros souvenirs que esos meses me habían llevado a juntar para ella.
Jamás supe si escucho alguno, jamás acaricie o bese a esa pequeña, pero como tantas otras veces en mi vida, estaba feliz porque había hecho lo que sentía, eso me había ayudado a vivir aquellos meses y el resultado, era original e inesperado, aún, cuando solo tuviera valor para mí.


Hoy empiezo a escribir nuevamente, porque siento que es bueno para mí y porque finalmente, ya más viejo, tampoco me importa si tiene valor para otros.


Perdón Marcia otra vez, por contar esta historia.

6 comentarios:

  1. Excelente pieza!!! Estimado Sr. Escritor, aquí esta cretina aún en la distancia...no puede dejar pasar tan sentida pieza. No temamos a equivocarnos, pues el tiempo y la historia ya hablaron y sabemos lo que aconteció después. Esta es parte de su escencia, de su vida, con sus matices claroscuros. Mis repetos para todos sus amados.

    Son estas piezas estimado Sr. Escritor, las que reflejan su pensamiento y no en las que habla de economistas y políticos, con el único afán de dar gusto a provocaciones. Sea usted mismo, sea usted Ismael, con sus amores, desamores, sueños, temores -que todos los tenemos aunque usted diga que no-, los lectores que habrán de seguirlo honestamente, lo harán por siempre; los que no, se quedaron en alguna entrega anterior.

    Cx

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  2. Una bella historia!!! el amor es para los valientes. Si eres feliz dando amor, hazlo y si es verdadero tambien déjate sorprender y recíbelo. Entra a este link, mi favorito. http://www.youtube.com/watch?v=8YFxgEp2O6c
    arf.

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  4. tantas historias como estas nos unieron y finalmente nos separaron pero fueron cosas de adolescencia ,creo que lo disfurtamos a nuestra manera. lo de Dulce me sorprendio porque no sabia y recien hoy me entero que era la novia de daniel.ah Rosariosi la recuerdo , otra historia no?
    Gracias por recordar a mi padre y describirlo asi como era, lo del bracito quedo siempre para la historia.
    un beso grande y sin rencores jajja.

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  5. Y si que inspiras a escribir sobre ese "amor oculto y magico" o "historias" (o como quieran llamarle)!, en mi caso no hay plural, pero a pesar que solo ha sido "uno" me llevaria mas que un articulo de un blog contarlo, quiza y definitivamente la inspiracion llegue a un libro!! Gracias !!

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  6. Pido disculpas, por un problema de edicion no detectado, la primera linea y el tercer parrafo habian quedado al final del texto. Lamento aquellos que lo leyeron fuera de orden.

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