abril 24, 2012

Punta del Este - Los hombres que no amaban a las mujeres

En noviembre de 2004, mientas yo volvía de aquella experiencia de vida en Acapulco y de mi segunda visita a los Grandes Lagos, allá en Suecia, un desconocido se despedía de este mundo decadente que bien había aprendido a sobrevivir y describir anónimamente.

Mientras Michel cumplía sus bellos y bronceados 5 años,  en la fría Suecia, Stieg Larsson, abandonaba sus días de periodista y su último manuscrito en manos de un editor, al influjo de un corazón que ya no tenía mas por escribir.
De esos manuscritos brotó una trilogía que llamaron Millenium y tres títulos tan peculiares, como el duro lenguaje en el que fueron escritos y el inusual escenario donde se encuadraron: "Los hombres que no amaban a las mujeres", "la chica que soñaba con una cerilla y un bidón de gasolina" y "La reina en el palacio de las corrientes de aire".

Los tres se han convertido en best-seller y por mucho tiempo, veremos "remakes" continuas en todos los formatos de cine que se expanden por el planeta.

Anoche, tarde en la noche, y tarde por el tiempo que tiene la película en público, me deje llevar por la versión hollywoodense del primer libro, que por aquí se conoce como "La chica del dragón tatuado".

No soy crítico autorizado para ninguna expresión cultural. Lo que sigue, viene desde mi posición humana y como reflexión resultante de la exposición a una pantalla, a la que no suelo asomarme muy a menudo.

El film y por ende el libro, o si lo quieren de otra forma, mejor al revés, el libro (que siempre se califica mejor que la película) y el film, son un entretejido armonioso de las peores pobrezas humanas.

Me interesó, no lo niego o jamás lo hubiera mirado.
Acepto que lo prefiero por la calidad de producto a muchas otras expresiones similares y que a muchos puede haberle gustado.
Pero el mensaje, capricho mío porque seguramente solo debería resultarme entretenimiento (circo), es sino enfermizo, al menos desagradable.

Salvo la violencia o abuso a menores que se insinúa pero se muestra poco;  el genocidio que no se expone pero sirve de cuadro a todo el escenario y la hambruna que aparentemente el estimado Stieg no encontró forma de hacer coexistir con la familia más influyente de un país nórdico;   todos los defectos humanos están expuestos a su máxima potencia.

Corrupción, impotencia, injusticia, violación de libertad, impunidad, abandono, adicción, locura, promiscuidad declarada, abuso de poder, explotación sexual denigrante, tortura a humanos y animales, cinismo congénito, violencia generacional y morbosa,  persecusión, premeditación con alevosía y placer en búsqueda de la muerte lenta, clasismo, racismo,  desagradecimiento, y al final, expectación intrigante e indeterminada que abusa del lector-espectador.

Seguro me olvido de muchos pasajes,  y seguro esto es solo una explosión de los principios fundamentales que debe contener un libro o un firm para ser exitoso, los tristemente celebres: Sexo, Violencia y Dinero.

Aplaudo a Larsson y a los tantos realizadores que se llenaran de dinero y porque no de premios por las interpretaciones, en apología clara a todo cuando deberíamos rechazar.

Lo que me preocupa son los lectores, como siempre.
Lo que me preocupa  es ese grupo grande que elije y sus elecciones.
Lo que me preocupa es que encontremos interesantes estos textos al punto de que lleguen a ser traducidos en tantas lenguas y a vender tantos ejemplares.
Lo que me preocupa, es como tanta gente se siente identificada con toda esa mierda que la raza destila aún en aquellos países tan admirados (y mucho más a la vuelta de su casa o tal vez dentro). 

Textos que nos alejan continuamente de lo que podemos ser y nos acercan cada vez más a que esto se repita a nuestro alrededor con celebrada impunidad.

"Todo tiene que ver con todo", decía Pancho Ibañez.




abril 23, 2012

Punta del Este - Una Cita con Guardaespaldas

Por misteriosas razones, despierto en la gente que me rodea, sentires tan dispares como disparatados.

Algunas personas me asignan la fama de Ron Jeremy con sus miles de films porno, aunque lejísimo estoy de sus records y del tamaño de su herramienta. Otros parecen creer que el mismísimo Ramses II me ha heredado su abrumador harem de 90000 mujeres.

Al mismo tiempo, esas mismas personas u otras contemporáneas,  parecen apiadarse de mi soledad y en actos de sincerísima camaradería han buscado incansablemente  presentarme "a alguien", que seguramente ostenta la misma dualidad en su percepción externa.

Algo así paso hace  muchos, muchos años atrás, allá por las tierras del tequila.

Alguien que podía arrodillar a los cincuenta millones de machos mexicanos a sus pies, estaba triste y recientemente separada en la ciudad y yo, pues yo solo estaba de paso en uno de aquellos últimos viajes frecuentes a la capital Azteca

- Cenemos esta noche - me dijo una amiga -  y te presento a..., pongámosle "Paquita", en alusión y honor a la memorable "Paquita la del Barrio" y su "Rata de dos patas"

Yo que nunca fui cholulo, ni Ron, ni Ramses.  Poco conocía de "paquita", pero con ese poco era más que suficiente;   y una cena empapada en margaritas gigantes, mariachis de buena cepa y "Huachinango en la Noche del Fandango" en mi restaurante preferido del DF, resultaba imperdible.

Ser extranjero, semi argentino y totalmente desconocido,  jugó enormemente a mi favor aquella noche, tal vez, la noche en que fuí mas envidiado en toda mi vida.
Noche que resultó por demás incómoda, porque no podíamos hablar más de unos segundos sin  atender una foto, un autógrafo o una felicitación.
¡¿Pero que importaba aquello?!  Paquita era hermosa de observar por fuera y mostraba un interior que enamoraba.

A la salida me toco taxi, una vez que ella se subió a su 4x4 negra y blindada, dirigida por un "guarura" de aspecto serio.
Por la ventanilla aún baja, dejo salir la opinión tal vez rumiada durante toda la noche sobre mi femenina bufanda celeste de diez dólares,  adquirida de apuro en mi reciente vuelta de Las Vegas. Con una sonrisa cerramos el trato de encontrarnos la noche siguiente en la inauguración de un antro "super fashion" en el comienzo del Paseo de las Palmas.

Eran épocas de pobreza disimulada.
Épocas trabajadas con la clase de siempre y vividas con las monedas que restaban de pagar el pasaje mensual para ver a mis hijos del otro lado del mundo.

Un amigo me prestó su Volskwagen Gol,  combiné una camisa blanca que en ese entonces podía usar bien pegada a mí torso y un jeans negro con zapatos al tono que siempre pasan desapercibidos.
Como diría más tarde la Cecilia Bolocco: "...belleza es 100% actitud";  y allá salí, a exponerme a las cámaras.

Tirados sobre un sofá y sin oportunidad alguna de acercarme a "mi cita" entre cámaras y reporteros, un resto interesante de babosos y babosas que nunca faltan en el ambiente, se mostraban interesados en el "recién llegado" y "posible candidato de Paquita".

Hoy en parte lamento haberme mantenido tan sobrio toda la noche.
Pero encontrarme con sus ojos y sus gestos de disculpa entre nota y nota, entre flash y pose;  y haberle robado un par de encuentros de camino al baño, premiaron mi nitidez mental y mi esperma urgente.

El hermano del mismísimo "Sol de México" (Luis Miguel), nos cantó una canción al grupito que compartía nuestro "living", antes de caer desmayado en el mas asqueroso coma etílico;  situación que según el resto de las "resplandecientes estrellas" que me acompañaban, se repetía diariamente.

La noche se hizo corta por fortuna y salimos del "antro", un par de horas después.
Previa discusión con su guardaespaldas, partimos en el modelo más barato de la firma alemana hacia la Colonia del Valle, que para entonces albergaba el hogar de ambos.
El de su madre y el de mi gran amigo.

Ni en mis épocas de adolescencia me había sentido tan vigilado.
Pero nada me quita haber vivido esa sensación de huir con "la chica de la película" y sentir la adrenalina de la persecución  (aun cuando sus guaruras no me harían daño...bueno, eso pensaba yo al menos).

Quedó como anécdota para los nietos.
Llegamos a planear un tiempo en Punta y hasta una semana en el Nordeste Brasilero, pero su vida y mi vida no tenían ningún punto en común.

Hoy, no pensaba escribir nada.
Pero la medianoche me agarro despierto como casi todas las noches, y el bendito facebook, el de ella mas impersonal que ninguno,  me aviso que hoy es el cumpleaños de Paquita.

Seguro ella no recuerda ni un segundo de lo que conté, seguro yo no recuerdo ni un segundo de lo que otros le contaran a sus nietos.



 

abril 17, 2012

Desde el Aire - La empatia generacional y el "no se"


Hace muchos años, cuando la leche se envasaba en botellas de vidrio y se trasladaba en canastos de metal ruidosamente estibados en carros de chapa tirados por decrépitos caballos, nació el dicho: "como caballo de lechero".
La reiterada rutina del reparto diario boceado puerta a puerta  de la mayoría de los bienes de consumo, en este caso la leche;   hacían que el siempre noble e inteligente animal, inmutable a los ruidos y agresiones externas detrás de sus tapaojos de cuero, manejara perfectamente las rutas y los tiempos.
Al punto que el hábito hacía experto al corcel, el lechero apenas prestaba atención al devenir de las calles y los clientes, ensimismado en su propia rutina del trato social y el intercambio maloliente.

Así "como caballo de lechero", enfilaba mi auto aquella mañana al aeropuerto.
Conocedor exacto de la ruta y de los tiempos.

- Cuando se fueron..., yo no tenía idea de lo que estaba pasando -  me dijo Michel, empezando una conversación de la más pura nada.
Respondí con un gesto de asombro e interrogación.
- yo estaba sentado en la escalera, los pisos eran blancos, me acuerdo, dijo siguiendo la charla. Ellos bajaron y salimos, yo no entendía nada - reiteró.
Reconocí que recordaba el día en que sus hermanos habían partido a España, seis años atrás.
Nunca habíamos hablado del tema y por un momento me pregunte "¿como no entendía nada?".

Mi mente paso de recuerdo a matemática y me llevo al Michel de 6 años de entonces.
¡¡Claro que no entendía nada!!
Como no lo había notado en ese momento, como aún hoy, me preguntaba a mi mismo como era posible que no entendiera que sus hermanos se iban del País, del Continente.
Soy consciente de que siempre me ha costado ponerme en los zapatos del otro, sobretodo, en la edad del otro, especialmente en la edad de mis hijos.
Defecto excusado por los zapatos fuera de tiempo que supe cambiar velozmente de niño.
Excusado, pero defecto al fin.
Llegábamos a Carrasco a buscarlos.
Llegaban de España después de mucho tiempo, mucho tiempo para él al menos.

Poco más de un año atrás, Anthony nos había visitado en Uruguay, pero Nicole, llevaba más de dos años sin pisar nuestra tierra y sin abrazar a su hermano menor que ahora la duplicaba en tamaño.
Intenté ante el ataque de consciencia que su comentario había despertado en mí, imaginar cómo se sentiría, imaginar lo que para el significaría este reencuentro.
Traté de dejar de lado mi experiente y deshidratada alma,  que no logra aprender a vivir con abierta emoción, los hechos felices que coronan a los dolorosos.
Alma incapaz de disfrutar la reconciliación.
Alma incapaz de disfrutar la vuelta.
Alma incapaz de disfrutar el arrepentimiento que engrandece.
Siempre ensimismado en que no es necesaria la reconciliación, la vuelta o el arrepentimiento; si no hay pelea, ida o pecado.
Consciente de que esos procesos son humanos, negádome que sea necesario y aceptable.

Y lo abracé cuanto pude hasta que llegaron, y traté de entenderlo en su "saludo desabrido" repleto de lágrimas apresadas del lado del ojo que no las deja salir.

Otra véz, muchos días después y aprovechando mi atención al tráfico, sacaba una charla profunda, completamente empapada en sus años, completamente llena de mí y de nuestra vida, otra vez de la nada.
- ¿Tú crees que ella es la mujer para toda tu vida? - me preguntó
- ¿Perdón? - le dije;  seguro de lo que había escuchado pero ansioso por que lo repitiera.
- Eso, ¿si tú crees que estarás con ella hasta la muerte, o estarás solo?
En el segundo en que me pregunté de donde salía aquella pregunta, me guardé un sin número de respuestas:
- Moriré solo.
- Ella no solo parece que no será la mujer del resto de mi vida sino que hace un tiempo que no se de ella.
- Soy feliz en soledad.
- En realidad no todos necesitamos las mismas cosas, yo no necesito estar con alguien para no estar solo. Soy feliz solo y aunque me encanta y entiendo que la felicidad completa solo existe compartida, seguramente estaré solo los últimos tiempos de mi vida.
Todas se frenaron en mi boca por fortuna y me conforme con un:
- no se mi amor.

Un "no sé" que debería ser real, pero que yo siento falso, porque se lo que provoco y hacia donde empujo, más allá de lo que quiero.

Un "no sé" que me dio tiempo para recordar que los últimos días,  compartimos recuerdos sobre el futuro;  sobre la casa en la laguna donde él podrá llegar con sus hijos y encontrarse con sus hermanos y sobrinos.
Esa casa bañada por la laguna que nos mantendrá a flote, cuando ya no quede agua que comprar.
Un "no sé" que me dejo recordar que él,  sigue viendo nuestra foto juntos, abrazados y felices, brillantemente encuadrada en mi dormitorio.
Nuestro dormitorio extremadamente femenino que solo habita un hombre.
Un "no sé", que no me permitió preguntar ¿porqué preguntas? y así se vuelve real.
Un "no sé" real, un "no sé" qué pasa al interior de la gente que amo. Un "no sé" que estoy haciendo, un "no sé" si lo hago bien o mal;  un "no se" ignorante, un "no se"  inaceptable con el que debo aprender a vivir.


abril 13, 2012

Punta del Este - Rincon del Vago

Los vagos y los trabajadores han existido siempre.
Yo suelo equivocarme en la medida de las cosas, las actitudes, la forma de mirar y vivir la realidad, empezando por mis hijos y siguiendo por el grueso de la sociedad.
Estoy atado, sino empecinadamente adherido a "mi regla" y mi regla no es buena para medir a nada ni a nadie.

Todos coincidiremos de todas formas,  que la revolución consumista de los últimos 20 años;  ha transformado la forma en que los chicos "valoran" (por decirlo de alguna manera) las cosas. Tal vez aunque nos cueste aceptarlo, de una forma más alineada con lo que en realidad las cosas "valen", pero muy lejana a lo que las cosas "cuestan".
Porque sin tener idea de quién era Taylor, crecimos atados a los costos y el concepto de valor era directamente proporcional a nuestro propio nivel de "panza llena".

La experiencia de la "nueva realidad", no es exclusiva de como se tratan los "bienes", sino que esta intensamente asociada a todas las conductas.
La enseñanza también paso del costo al valor y en una economía tan variante como la actual, junto a los países que cíclicamente tienen "crisis mortales" cada 10 años, la enseñanza se devalúa continuamente.
Se inventan día a día nuevas formas de maleducar a nuestros hijos, cada vez más innovadoras;  ante una sociedad que lucha sin tener mucha idea de como, por despertarse.
Se cambian las reglas para dejarnos "fuera de juego" a los que ya aprendimos que hay cosas que no hay que aprender.
Se "facilita" la vagancia, para que la "teoría del menor esfuerzo" rinda exponencialmente y cada vez tengamos más humanos fáciles de manejar, de dominar, de manipular y de transformar por ende, en infelices.


Cuando iba al Liceo - y acepto que me tachen de viejo recalcitrante (a mis 41) - había que anotarse en la biblioteca para conseguir un libro de texto destrozado.
Acepto que yo no era de los que me anotaba, porque nunca fui de los que buscaba, pero supe vivir las frustraciones de mi hermana Samanta y asombrarme con sus "resúmenes", que del lado limpio de las listas de votación (porque no había plata para tantos cuadernos), pasaron a ser material de estudio de la propia biblioteca.


Días atrás Michel inventó un planisferio a "mano alzada" (que bastante bien le quedo a pesar de que muchos países y naciones perecieron al influjo de su lápiz), solo por no "calcar" uno desde un libro.

- ¡¡Para que calcar, si se pueden bajar miles de internet y mandar directo a la impresora!!

Esto es realidad de hace muchos años,  y renegar de lo que en buena parte todos hemos creado y alguna vez bendecido, sería un acto de auténtico cinismo.

Hoy volvíamos del Colegio con Michel y Nicole, y el diálogo surgió con la naturalidad de siempre.
- El profesor de informática mandó un trabajo sobre "La fundamentación  de la vida" - me dijo    Michel.
- ¡Raro título en especial para informática! ¿y de que se trata eso?
- Tiene algo que ver con los átomos y moléculas.
- ¿átomos y moléculas, y que tiene que ver con informática? - pregunte, soñando por un instante con una "más elevada visión" de la enseñanza.
- ¡yo que sé! pero se trata de eso.
- ¿así lo explicaron en la clase?
- ¡No! solo nos dieron el título, pero me fije en "rincón del vago" y había un estudio exactamente con el mismo nombre y se trataba de eso....
- ¿Donde? - pregunte sin saber lo que había escuchado.
- ¡En "rincón del vago" Papá! -  anotó vehementemente Nicole, que desde el asiento del acompañante se desentendía de mi cara de asombro.
- ¿y qué es eso?

Al unísono, ambos empezaron a contarme pormenores del portal de "ayuda" a todos nuestros chicos que no tienen ganas ni siquiera de navegar la wikipedia en búsqueda de algo que imprimir y en el mejor de los casos, leer completo.

- ¡Es un sitio español! todo está ahí;  ellos saben lo que los maestros te piden y lo publican ¡y además está en nuestro idioma! Nada complicado como la wikipedia con palabras difíciles que uno no tiene ni idea que significan (y que jamás buscaran en el diccionario que nos obligan a comprar en múltiples idiomas cada año para destrozar en el ir y venir de las mochilas a clase)

¡¡¡rincóndelvago.com!!!

...y yo a veces, espero que entiendan mi mensaje de "Equinoccio de Primavera", pobre iluso.

!! Amo las sorpresas que me prepara la vida, aquellas a las que no tengo plan para reaccionar y que no puedo más que vivir....!!,  lo que sigue, no aplica esta vez.