marzo 20, 2012

Punta del Este - Tiempos de Equinoccio


Solo da la casualidad que por estos días, el Equinoccio se hace parte importante de mi vida.
Da la casualidad que este día igual de largo que la noche que me espera, me vió poco en la terraza;  y la noche me seguirá viviendo en lucha por el sueño, por un sueño, por mi sueño.
Hoy me siento más del Norte que del Sur.
Yo que soy orgulloso hijo de este hemisferio.
Tal vez porque quiero identificarme con el largo día de seis meses que se inicia en polo al que apuntan todas las brújulas y no con la noche oscura  que se cierne sobre el casco Antártico.

Una lucha entre lo que se quiere y lo que se vive, después de un largo día de esperas y ansiedades y  con una larga noche por delante para seguir exagerando la herramienta que excava problemas para enterrarnos.
Hoy el sol cruzó el Ecuador celeste en el punto de Aries -mi punto, el pasaje cosmico de lo negativo a lo positivo -, a pesar de que estamos en la era de Piscis - tu era, solo justificada por la imperfección celebrada del eje terrestre.
Resulta hasta gracioso aceptar paralelismos entre mi hartazgo a los valores de estos tiempos y tu desaprensión desinteresada, exenta de cualquier punto.
La tierra vive tiempos de equinoccio y mientras unos se aprestan a tirar sus taparrabos, otros, se resignan a desempolvar sus pesadas ropas.
Siempre tratando de disfrutarlo.
Algunos humanos tenemos esa virtud de encontrarle lo bueno a todo, aún cuando sea funesto;  ¡y lo gritamos a los cuatro vientos porque cuando así lo logramos, nos sentimos y nos reconocen elevados!
Pero qué bueno sería siempre encontrarle lo bueno a lo bueno y dejar de lado lo malo.
Utopía sin la cual no sabemos vivir.
Utopía refrendada por la imperfección que todo lo justifica.
Utopía que nos deja seguir creyendo que hasta ahí no  podemos llegar y al final del día, nos consuela en nuestros fracasos. Pequeños o enormes, fracasos.
Pero qué bueno sería siempre encontrarle lo bueno a lo bueno y dejar de lado lo malo.
Son tiempos de equinoccio en la tierra y un poquito  más allá, también.
Son tiempos en los que si dejáramos nuestro egocentrismo y miráramos con ojos imparciales, podríamos aceptar sin creer en dioses ni en aliens, que otros planetas y otras estrellas, también viven sus primaveras.
De pura casualidad, soy Aries y hoy, es punto de inicio, de despegue, de reorientar objetivos y atravesar como siempre, barreras.
De pura casualidad, eres Piscis, y hoy la astrología dice que sería interesante que aprendas a valorar cosas a las que apenas dabas importancia y soltar otras que parecían relevantes.
De casualidad, mañana tu y yo, decidiremos si este equinoccio nos une o nos separa.
Mañana, por primera vez sin volar, podré decidir si sigo al largo día del Norte o me encierro en la oscura noche del Sur, hasta un próximo Equinoccio.


marzo 18, 2012

Punta del Este - La magia de la web


Estos últimos meses menos prolíficos en el blog, abarrotados de distracciones y exagerado trabajo, había perdido el habito de revisar cuanta gente me leía y desde donde.
Con sorpresa, una IP de Corea del Sur, sigue leyéndome, aun cuando no escribí,  y siempre será buena oportunidad para agradecerle, por desconocido tal vez, por inesperado seguro.
Pero hoy en esa modorra dominguera, de quien invierte tiempo para distraer la mente que solo recuerda problemas (porque es lo único que sabe resolver) y mientras espero las confirmaciones de los portales que ojalá, pronto, tengan mi primer libro para regalarles;  he ahondado un poco más en las “estadísticas” de mi blog, seudo mensaje, lectura distractora, ojala al menos entretenida.
Resulta que esta buena herramienta de google (cuando no!), el Blogger, sitio que elegí hace más de año y medio atrás para hacer catarsis sin pagar consulta, también registra los sitios desde donde la gente me encuentra y yendo un poco más profundo, las búsquedas que ustedes, quienes me leen, hacen para encontrarme.
Obviamente muchas son obvias, ahora que he dejado de enviar mails, la mayoría ven mi publicación en Facebook y después de pensar “bueno, por fin escribió algo”, vienen, se acercan un poquito a mi (con todo lo que lo necesito) y comparten este pequeño mundo virtual (pero más real que la cresta!!! – para parafrasear chileno, que tanto tiempo hace no visito).
Pero hay búsquedas más curiosas.
Recordar el título completo de mi blog por ejemplo, que cambio a mitad de carrera y agregarle mi nombre al final “ya no se me todos los cuentos Ismael”, es algo tan personal, que me llega aún mas que aquellos que ya me tienen gravado en su navegador,  o entran intermitentemente como quien escucha un tema de youtube o revisa una presentación de esas que si no repites en cadena, mueres a los diez segundos.
Pero más, mucho más sorprendente fue que alguien, pobre desdichado o desdichada, se bancara una sola palabra, tal vez una oración o en una de estas porque no (el buen gusto está claro), hasta leerse una entrada completa, cuando en su google puso “prostitutas rusas en Santiago de chile”.
¿Fabuloso verdad?

“Prostitutas rusas en Santiago de chile” busco! Un cliente delicado además, cualquiera buscaría putas!!

Seguro no fuiste tú, pero si fuiste, déjamelo saber.
Seria milagroso para mí que vuelvas a leerme!!
Debo aceptar que por mi corta experiencia y por referencia externa, Santiago es un excelente mercado de putas. Pero además he visto en las películas, que las mujeres del buen oficio que provienen de Rusia, tienen un bagage de peculiaridades que las transforman de “jineteras” en excelentes esposas.
Que si! Que ya sé, que seguro muchos están diciendo “quien te dijo que una mujer que se dedica a ese trabajo no es una excelente ama de casa”!!
Nadie me lo ha dicho y yo lo discutiría hasta el final.
Porque si algo respeto son las elecciones de los demás, y estoy seguro, que tanto quien brinda el servicio, como quien lo paga, es muy digno de ejercerlo en la mayoría de los casos.
Y muchísimo más allá de ello, no tengo ni culo ni pinta, ni plata ni tiempo, ni suficiente libertad mental y espiritual (sobretodo), para disfrutar de los placeres que se comercializan, que a veces hasta envidio sin remediar ante tanto servicio que se paga enmascaradamente para el mismo fin.
Así que amigo, o amiga, que buscaba referencia del Santiago profundo e internacional y se encontró con esta catarsis aburrida que solo incluye una entrada indexable a su búsqueda (falta de todo morbo por demás), agradezco su llegada a la magia de la web, a las capacidades cada vez más asombrosas de google y a su desdicha momentánea que espero sea bien recompensada del otro lado de la cordillera, pronto.

marzo 16, 2012

Punta del Este - Geisha

    - Nunca imaginé que ustedes terminarían! Es tan difícil de creer!
-    - Yo fuí una Geisha cada día! El se lo pierde…
Un aire tibio calentaba por fuera lo que el ritmo  contagioso pero todavía controlado del merengue, se encargaría de calentar por dentro.
Yo asistía casi involuntariamente a la charla de dos bonitas mujeres, que en un grupo  de cinco, habían elegido aquella Isla y aquel hotel para empapar en buen ritmo, mejor Ron y porque no alguna Mamajuana, el dolor del abandono.
De hombre y de padre, que me enteraría luego,   y que además encierra historia para otras entradas, siempre discretas. Esta próxima, algún día, regada en tragos con agravio de hija dolida.
La frase quedo resonando en mi mente desde entonces, no solo porque era dicha de aquella forma y con aquella vehemencia, sino porque quien la dijo, tenía todo para cumplir los propósitos superiores de la leyenda oriental.
Por años ya, increíble!
Me quede pensando, soñando porque no, fantaseando porque si, con eso de tener una Geisha en casa, cada día y no perdérmelo.
Supe repetir ideas y sonrisas en silencio cuando algún libro me traía el recuerdo al presente y supe recostarme para sentir el aroma del Caribe y con ojos cerrados volver a aquella charla cercana, a una que otra salsa y merengue disfrutado con pasión y a las tantas, tantas buenas experiencias que florecieron de aquella semilla sembrada por la casualidad.
Una Geisha.
El tinte de esclava que la fantasía encierra,  se esfumaba inmediatamente ante el sueño de la lujuria vivida en la calma y en la furia, por placer propio, de ella, antes que de su amo.
Su amo dueño de nada, receptor afortunado, espectador de primera y última fila, esclavo al fin de los aromas, los deslices y porque no, los desmanes de quien con arte sabe dominar a su dominador.
Por años ya, increíble!
Recordé  aquella expresión y la sumí en la más lejana de las ficciones.
Esas cosas que ocurren o solo pudieron ocurrir allá, en el lejanísimo oriente o más allá, en el lugar al que aún no llegamos y donde creo siempre pudimos estar.
-          Yo fui una Geisha cada día!
Y se renueva el aroma del manjar servido con arte, mordido con saña y compartido con picardía.
Y se humedece la lengua controlada por el cerebro descontrolado.
Y se desborda el caldero que cocina nuestras pasiones más honestas, las innatas, las congénitas, las esenciales, las auténticas.
Todos mis sueños y fantasías, avivadas hace años ya, increíble! tornaron en realidad el otro día. Cuando después de cinco horas de retraso,  mientras el reloj dejaba atrás las dos de la mañana, entre a casa y estabas tú.
Se resumieron en tu portaligas blanco, en tus tacos rojos brillantes y tu pelo negro perfectamente peinado.
En la cena servida y el ambiente perfecto.
En el vino frizzante que solo salió del freezer para burbujear mi sorpresa y enlentecer un grado de mi calor.
En los conejitos que me guiñaban sus ojos de brillante, esparcidos por tu cuerpo desafiante.
En la cama indefensa, lista para la guerra,  donde solo espero perder, una vez más.


marzo 15, 2012

Punta del Este - La sensibilidad de las cosas



-     Te amo, me fuí con vos porque sos lo mejor que me paso en mucho tiempo, pero creo que mi vida esta acá y siento que estoy complicando la tuya…
Cuando uno cree haber escuchado todo y haber leído todos los “post it” boludos que tan bien retratan la pobreza humana, llegan nuevos mensajes de limitación personal, de falta de sueños y de búsqueda autodestructiva, para mostrarte toda la creatividad que el ser humano puede ponerle a su lucha constante CONTRA la felicidad.
La primera impresión cuando pude cerrar los ojos a su tamaño normal, fue sonreír.
La sorpresa, buena o mala, siempre me hace sonreír.
Me recuerda que estoy vivo y que tanto hay para salvar, que tanto por cambiar, que tanto para esperar el Equinoccio.
Después me indigne un poco, solo un poquito, porque otra vez, el milagro de la comunicación se incumplía y lo que trate de decir, de mostrar y de compartir abiertamente, no se entendió.
Indignación conmigo, por mi incapacidad, mis múltiples incapacidades.
Entonces al caminar por la casa, llenándola de pasos perdidos y palabras al aire, me sentí observado.
Estaba tan solo como siempre, con el universo que me rodea y con el que me alineo, aunque a veces, obviamente se desincroniza…me desincronizo.
Entonces lo sorprendí!
El portarretratos que pinto aquel primer atardecer aquí,  gemía en el rincón de la cómoda.
El no había leído tu mensaje, pero escucho mis reiteradas preguntas.
Le pregunte qué opinaba, pero no podía hablar,  y giro sus ojos llenos de tu sonrisa y mi dicha hacia las almohadas indefensas de la cama.
-          Ustedes dos, ¿que opinan de esto?
-          La extrañamos igual que tú, solo nos resta esperar…
Al menos ya no hablaba solo, alguna que otra respuesta llegaba del mas acá, a falta de las del  más allá.
Increpé al cepillo que dejaste en el baño, con el recuerdo de tu pelo azabache.
-     Yo solo guardo el calor de su mano y la caricia de su cabello!  De aquí no me mueve nadie!! – me dijo.
Noté que tu ropa interior que estaba esparcida en la ducha, se escurrió por encima del bolso siempre listo para la partida en el sofá y se metió en los cajones de la cómoda.
Guiada tal vez por esos “conejitos” que encontraron madriguera.
Entonces la vi.
La crema de chocolate que masajeo mi espalda días atrás, luchaba por abrir el primer cajón de mi mesita.
-          ¿Que buscas?, le pregunte
-          Estoy muy triste, quiero guardarme con el gel de menta, el de frutilla y el de dulce de leche. Tal vez esta noche, cuando pase el dolor, podamos ahogar la duda en los buenos recuerdos compartidos.
La cama que espera a los chicos ya tiene sus tres manos de blanco, el mueble nuevo sus tiradores azules, la música suena suave y el mate tibio a la temperatura de tu caldera eléctrica, me mira como diciendo:
-          Querés otro?
-          Dale, el sol ya se fue, en una de esas, hoy sabemos algo más de ella.

marzo 12, 2012

Desde el Aire - ...andando, hacia allá.

Un frente de nubes jaspeadas a escala de gris se deja ver a la derecha, inmóvil, casi desapercibido, opacando el horizonte.

Están lejos, aparecen atrás de la línea de montañas que recorta el infinito y se extienden a mi derecha, allá lejos. Como el amenazante presagio de alguna tormenta, algún viento que tanto ensucia como limpia, de humedades a veces esperadas, a veces resentidas.

Mis ojos que ven mucho,  son incapaces de contar los cerros y los valles delante. Los colores oscurecen de acuerdo a la distancia y las piedras, los árboles y algún que otro arco iris perdido,  presagian el murmullo del agua que corre y el aroma de la flor que florece.

Un poco más cerca, siempre allá delante,  un monte bajo, que se recuesta en un bosque alto y sombrío. Seguramente lleno de vida, abajo, donde pisarán mis pies, arriba, donde mis ojos siempre estarán disfrutando.

Aquí más cerca, a la distancia de unos pocos años,  un manto dorado de trigo y girasoles se mezcla contra toda receta.

A veces parece saludarme, a veces, me da la espalda.

Entonces cierro los ojos y pienso en el ayer.
Giro mi cuerpo y miro hacia atrás.

El cielo del horizonte es tan oscuro que no llego a distinguir figuras, pero los nubarrones solo llegan hasta la mitad del cielo, allí donde apunta el brazo horizontal.
Allí donde miran los ojos directos de nuca erguida.
Allí donde se acumulan siluetas de ciudad, acunando calles enredadas.
Allí donde el sol parece calcinar la vida y la lluvia repetida sembró el moho resistente.

Un poco mas aquí, um poco más cerca,  allá atrás, el paisaje se hace más calmo.
Un cerro se levanta a la derecha y una casa se equilibra en su ladera.

A la izquierda dos niños parecen correr hacia mí, están muy lejos, pero parecen venir hacia acá.
Algo más de gente empieza a salirles al encuentro y las ciudades se van desvaneciendo en figuras humanas, pocas pero influyentes, pocas pero luminosas.
Un niño más se toma de la mano de los otros dos.
Si, parece un niño más y otro poco de gente se suma como alentando su corrida.
Parecen sonreír, parecen sonreír mientras controlan su paso para ver un avión pasar.

Yo también me distraigo, mirando la estela insegura de ese aparato caprichoso que cruza el cielo, sin importarle las nubes o el sol, sin importarle la gente que mira o la que lo ignora, sin más motivo que una ruta bien definida, un punto de partida y una llegada esperada con ansia.

Entonces un par de brazos abraza mi panza, otro par aprieta mis hombros y un tercero se cuelga exageradamente de mi,  tirándonos estrepitosamente al suelo.

La hierba verde y esponjosa nos abraza al caer.

Mi panza se llena de una cabellera pelilarga que abraza apretadamente aun mi cintura.Una sonrisa extiende sus brazos largos a mi lado y un par de manos se encarniza con mi cabellera buscando contrapartida.

Tu voz suena cerca diciendo: "no le hagan mal!, pobrecito mi amor" disimulado en una sonrisa.

Hay pan fresco, agua pura y fruta multicolor sobre un mantel improvisado.
Algún trozo de chocolate se esconde del deseo de ser encontrado y el rubí de algún vino espera a la sombra de una canasta portadora de dos copas.

Más allá, cerca pero no pegados, juntos pero no revueltos, otras gentes comparten nuestra sonrisa y levantan sus manos o sus copas para saludar.

El sol brilla hoy aquí en mi presente.
De reojo, como quien mira a un enemigo que venció pero respeta, vuelvo a mirar hacia atrás mientras me levanto.
Giro al ritmo de la sonrisa en mis labios, levanto los ojos, respiro profundo el aire del futuro que inunda mi presente y sé que solo debo seguir andando como hasta ahora ,  hacia allá.