abril 24, 2020

Guardia Vieja - Dias Calmos




Hace cinco días, se detuvo el tiempo.

Ni una brisa ha sustiuído el viento, crecen inmóviles los árboles a mi alrededor, casi imperceptibles.
Un calor raro flota entre el cielo abierto y el campo sin pulsaciones, que falto de lluvias, se tiñe multicolor entre ocres y verdes.
Solo una mulita antes de ayer, un zorro anoche y el brillo verde de la avena naciente de la siembra tardía, me indican que no estoy solo.

Hace cinco días, se detuvo el tiempo.
Lo he sentido dentro de mí, el cuerpo esta vacío, el vino solo engaña de a ratos a esta mente que impaciente se dedica a buscar. Lucha por encontrar una razón, un motivo, una promesa de futuro: un porque estoy aquí ahora.

Es que cuando el tiempo se para, el ahora es lo único que existe, como siempre, más que siempre y es inevitable, mirarme desde fuera, tratar de reconocerme sin espejos y hacerme la pregunta.

Acompaño al tiempo en mis actos.
Me siento libre y al mismo tiempo, varado.
Me siento feliz de que sea entre el cielo y el campo.
Me siento libre y al mismo tiempo, varado.

Me llevo cinco días darme cuenta, aún cuando voy y vengo entre el horizonte infinito y la computadora, buscando en ambos lugares la respuesta.
Cinco días para recordar las únicas tres cosas que exhalaron vida: una mulita y un zorro nocturnos y la avena infinita que comienza a verdear. Y yo, que no termino de estar seguro si exhalo vida, o es el solo acto reflejo de inspirar y expirar, que mantiene viva la pregunta: porque estoy aquí ahora.

Una respuesta, una llave que abra la puerta correcta, para alinear mis células en estos días calmos y  trascender cuando el tiempo todopoderoso decida seguir su curso, si lo decide.





1 comentario:

  1. Tiempos difíciles corren para el mundo, tiempo de detenerse, suerte de tener un lugar donde estar, sabiendo que pronto podremos abrazar y besar.
    Amo leerte
    Un beso grande un beso inmenso

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