diciembre 27, 2010

Santiago de Chile - ¿Cuándo se termina lo que se termina? – 2311 horas

“Benditos los que olvidan porque recibiran lo mejor hasta de sus errores”
Niestche


¿Cuándo se termina lo que se termina?, ¿Tú sabes?

Seguro no se termina el doloroso día que uno cambia sueños por paz, resigna pasado y futuro por presente y dice: adiós.

Seguro tampoco se termina cuando después de muchas lunas vuelves a sentirle sabor a la misma comida que con tanto placer preparabas y sigues preparando sin poder evitarlo, para dos.

Tampoco cuando ya no miras la almohada vacía, cuando dormir solo,  te engaña como un acto afortunado;  cuando despertar por despertar, se premia con una sonrisa falsa que te crees…porque así es mas fácil.

No se termina cuando ya aprendiste a servir una sola copa de vino, repetir solo la música que a ti te gusta y caminar la casa sin sonreír, ni besar de robado, ni tocar con picardía, ni morder con ganas.

¿Se termina cuando ya no logras escuchar la segunda estrofa de aquella canción que publicaste y parecía haberse hecho para ese momento exacto de tu vida? No, tampoco allí se termina. Y te emperras en que no pase, que no deje de ser protagonista y testigo de tu dolor, aunque una parte de ti agradece que ya no duele igual, que por algo ya no la escuchas cada segundo de tu día.

Ni siquiera se termina cuando compruebas que el destino y tu obstinación han sido cómplices perfectos del desencuentro, y la gracia de ser consistente una vez mas con lo que hiciste bien, se da de trompadas contra las ganas incontrolables de cruzarte en cualquier esquina, en un ascensor, golpeando mi puerta…por más imposible que sea.

Y cuando las palabras viejas explotan en tus oídos, resonando con la misma fuerza que antes, doliendo con la misma enjundia inconsciente y sientes que el corazón ya no tiene un solo lugar en tu cuerpo…vuelves a ganar paz, una gota más y el penúltimo de los sueños se esfuma y tu mente ante el corazón ausente te confirma que si…que talvez se termina.

¿Será la caricia nueva, el cuidado delicado del enamoramiento, el nuevo cuerpo rendido y jadeante el que permita que todo termine? ¿Lo vives, lo vivo? ¿Así termina?

¿Y luego? Y luego un pequeño retazo latente en el hígado, se alinea con otro latido leve y desubicado en la rodilla; y un pedacito aún mas pequeño los escucha desde tu hombro y un ojo se abarrota de latidos extraños que se repiten pequeños, en cada lugar donde tu corazón a quedado esparcido…y escribes y te preguntas…cuando, cuando mierda se termina.

¿ Tú sabes?



"Que tan feliz es la perfecta inocencia.
El mundo olvidado por lo que el mundo olvido
El eterno resplandor de una mente sin recuerdos
Cada oracion recibida, cada deseo resignado”
Alexander Pope

diciembre 25, 2010

Punta del Este – Lágrimas de Navidad – 1636 horas

PROLOGO: Como decia Pancho Ibañez (en aquel viejo programa "El Deporte y el Hombre") Todo tiene que ver con todo, por eso, le doy tanta importancia a todo. Esta entrada es como muchas muy egoísta, porque siento que si no lo escribo, no se ira de mi el sabor amargo que aun siento, desde mucho mas abajo de la garganta. Tiene que ver con tantas entradas escritas y seguro, con todas las por escribir. Tiene que ver con todo.


Una pareja de jóvenes me “hizo dedo” poco después de pasar Santa Lucia del Este.
Yo les haría el favor de llevarlos hasta Las Toscas para pasar la tarde de Navidad con los padres de ella y ellos cortarían mi llanto suave e incontenible de los últimos 50 kilómetros.
Me limpie las mejillas con las manos, acomode los lentes de sol para que mis ojos no me delataran y con una sonrisa y un “feliz navidad!!” abandone el pensamiento reiterativo con el que mi mente me aguijoneaba.

He discutido fervorosamente con mi terapeuta y mi mejor amigo sobre esa concepción mía, tan arraigada a cada cosa que vivo y que escribo, de que los valores se notan en los detalles y que cuando mis hijos no contemplan los detalles, no puedo evitar sentirme mal.
Es que en mi ilusa existencia, me reitero que si alguien no falla en un pequeño detalle, es muy poco probable que falle en las grandes cosas; mas allá de que la dimensión es siempre subjetiva.

Saber guardarse el papel de su caramelo en el bolsillo en lugar de botarlo, cerrar la llave del agua mientras te cepillas los dientes, atender la preferencia de quienes tienen mas limitaciones ante uno mismo, compartir el plato de comida o el vaso de agua con placer, agradecer lo que se recibe con o sin merecimiento, mirarse a uno mismo y al otro con amor y respeto, son entre tantas cosas esos detalles que si existen, dan base sólida a decisiones y elecciones correctas “cuando las papas queman”.

Pero mi terapeuta trabaja cuando esta conmigo y mi amigazo, no ha tenido la suerte de ser papá aún, con lo cual, hay un mundo entero de parámetros y emociones que son imposibles de entender y sentir en cuerpo propio, cuando por amor o profesionalismo, intentan entender, explicar y clarificar.

Me recuerdo agradecido, atento a los detalles y las pequeñas cosas, que fueron en definitiva, las que formaban en mis años pequeños, casi el total de los momentos.

Detalles funestos los muchos, detalles afables a veces.

La única pelota de futbol de colores imposibles de identificar en ningún equipo; el revolver de plástico, cuya magia de sonar al disparar, percutor contra plástico, duraba efímeros días; aquel par de raquetas que me hacían el más fashion del barrio y la innovadora pelota atada a un elástico que nos transformaba en jugadores de “tenis” en las calles de balastro; la bicicleta con “asiento banana” que premiaba mi inmejorable puesto en la escuela y me daba la opción de repartir diarios un poco mas rápido.

Ya de grande agradecí al desconocido que dono a Emaus aquel primer saco marrón que pude comprarme. El mismo con el que firme mi primer gran negocio de U$S 1.784.000.00 después de haber caminado dos años entre Maldonado y Punta del Este para poder comer con la devolución de los boletos que levantaba de las paradas de ómnibus.

Agradecí y agradezco hasta los U$S 9000, todo lo que gane de aquella firma, U$S 9000 que me permitieron comprar aquel primer auto que años después regale con placer, pero que sobre todo, me permitieron creer mucho mas en mi y empezar lo que hoy es mi empresa.

Michel, pasado su perfecto cumpleaños, que nos regalara aquella entrada el 24 de Noviembre (el día), se sorprendió en Diciembre descubriendo el mundo mágico de Disney.
Los que tuvieron suerte de conocerlo no necesitan explicación y los que no, tampoco, porque es algo que vive en el inconsciente colectivo como una experiencia soñada para un niño.

Tener a Anthony cerca (por fortuna pude traerlo); volver a ver al Tio Eric, su padrino del alma allá en las tierras de Miami; elegir el auto de sus sueños (duke) para pasar los 10 días en Orlando; asombrarse con la magia de Cirque du Soleil, identificarse con Max Wasowsky en su remera verde flúo, compartir los paseos por Downtown Disney con “pollito”, hacer malabares desde Animal Kingdom con “mono”, tener firma y foto con una veintena de personajes o vestir el loco gorro rasta con orejas de Michey…fueron solo parte de lo disfrutado.

La vuelta a Punta del Este y el merecido descanso en la playa.
El estreno del nuevo Guitar Hero y el Fifa 2010 en su WII o volver a usar el PSP en experiencia de lucha, queda chiquito al lado de la preciosa bicicleta rodado 26, con 21 cambios y freno de disco que le trajo Papa Noel.
Elegir entre las chanclas Quicksilver o las Billabong, para combinar con las nuevas bermudas y remeras de las mismas marcas, antes de salir a la playa, la piscina de adentro o la de afuera o el paseo en jet sky.

Días vividos a pleno, entre el amor de familia y amigos, sin que ningún detalle sea descuidado ante su natural descuido.

Hoy salí temprano de Punta del Este a juntarme con él (Michel) a Piriápolis.
Sentí al verlo que lo extrañaría mas que nunca esta vez, por tantas cosas bonitas y tanto tiempo juntos compartido.

Nos abrazamos con ese amor inigualable que vivimos y cuando ya estaba listo para partir, me pregunto:

- ¿No me vas a regalar nada para navidad?

Partí al aeropuerto para desandar mis pasos de miles de kilómetros, mismos que reitero con las ganas del amor y la fuerza del trabajo duro, indefectiblemente, cada mes, desde hace 9 años para estar con él. Para tratar de no faltarle o mas bien, para tratar de que sienta que estoy siempre a su lado.

Dos chicos me hicieron dedo, seque mis mejillas, y al menos por unos kilómetros, deje de escuchar la pregunta de Michel en mis entrañas.

diciembre 22, 2010

Orlando – Enseñanzas de Disney - 4 de X

Seguro todos hemos escuchado sobre la magnificencia de las Cataratas del Iguazú, el glamour de Rodeo Street o la magia de Disney, pero por mucho que veamos o hayamos leído, nada se iguala a vivirlo.

Pasa con todo, con lo bueno y con lo malo.

No descubriré nada nuevo citando el flagelo de la obesidad en Estados Unidos, pero les aseguro, que como manda la regla, nada se compara con vivirlo.
Como viajero que soy, "culito con hormigas" dijeran las abuelas, "patitas con alas" como dijeran otros, me toca visitar los Estados Unidos periódicamente.

La evolución es terrorífica.

“El problema de los bóludos es que son muchos” decía Facundo Cabral. Lo mismo aplica a este tipo de flagelos cuando ves tanta gente amontonada.

En un cálculo totalmente subjetivo, yo estimo que había en el WDW de Orlando varios miles de personas, pongamos 10000 por solo tener una referencia.
Un 80% deberían ser norteamericanos por la época del año (8000).
Del total de la gente, estimo que no mas de un 0.5% podrían tener habilidades motoras diferentes, lo cual nos da un aproximado de 50 personas en sillas de rueda convencionales.
Hasta ahí, salvando la distancia de que Disney no tiene porque ser un muestrario exacto, los números son mas o menos aceptables.

El detalle reside en la obesidad y su evolución a mórbida, tan notable en el país imperio del norte.

Del total de gente, yo calculo que al menos un 30% por ciento, estaban en etapas inaceptables de obesidad, entre lo inaceptable y lo netamente enfermizo.
Y calculo también que incluídos dentro de ese grupo, al menos un 5%, o sea unas 500 personas (sino más) paseaban su mórbido volumen en carritos eléctricos especiales.
Esto no solo es un gran negocio, al igual que la comida que con voracidad repugnante tragan estas personas, sino que representa un estado de aceptación que agrava el problema.

Pasear por Magic Kingdom o Epcot, no hacia maás que recordarme la adorable película Wall-e, tan poco apreciada a pesar de sus tantos bien enviados mensajes profundos.
Era como ver la imagen del crucero estelar, con los gorditos felices recostados en reposeras tecno que los llevan de un lado al otro a fin de que consuman sin limitaciones ni exigencias físicas.

Es muy triste, ver hombres y mujeres con sus capacidades plenas, adornados en sus mejores ropas y joyas, postrados voluntariamente en carritos que se pierden alrededor de sus figuras.
Más triste es ver otros mas jóvenes y hasta niños, devorando cuanta basura pueden pagar, sin haciendo caso omiso del espejo ineludible que esta imagen tan repetida debería significar.

No ensayare sobre lo que limitan, lo que provocan al resto de la sociedad, los costos que tiene generar una infraestructura y servicios que en honor al "respeto", no hace mas que promover el crecimiento del negocio alrededor de la enfermedad y por ende el flagelo.

Es triste, muy triste, para los que pueden ver.

Si pensamos que en Disney no debe haber más de un 30% de adultos mayores de 30 años, como mucho, el porcentaje de adultos postrados sin otra enfermedad que la obesidad se dispara a casi el 20% y el de obesos excluyendo niños y jóvenes se desdibuja en casi un 80% de la población adulta norteamericana.

Una barbaridad, que no esta aislada de otras entradas de este blog, en lo que versa sobre los valores, la manipulación social y económica, la evolución humana, la involución imperial y la propia nueva versión de la apocalípsis.

Muchos podrán decir esto no es representativo de mi pueblo.
No podemos olvidar que hace mas de 50 años, allá arriba, han decidido el camino de nuestra raza.


diciembre 21, 2010

Orlando - Enseñanzas de Disney - 3 de X

- No camines detrás de mi, camina a mi lado!! – fue talvez la frase mas repetida de la semana.

Como siempre podemos centrarnos en la realidad en que la frase es dicha y por ende, en la cual se recibe la respuesta, pero esa no es la idea, nunca es la idea.

Pensar en parques atestados de gente, en mi ritmo de marcha, en la “urgencia” por llegar siempre o a un juego, o a un baño, o a un restaurante, o a un bus, le quita todo trasfondo a una frase tan profunda, que en tal escenario, jamás seria motivo de una entrada en mi blog.
Yo voy más allá, siempre trato de ir más allá.

Hay miles de páginas escritas sobre el significado de “camina a mi lado”.
Sobre las “inconveniencias” de ir delante o de ser un seguidor.
También hay otras miles de paginas que dedican su verbo a identificar en cada ser su propio ritmo, su propio andar, su propia forma de caminar su camino.

¿Para que escribir entonces?
Talvez solo por cumplir con aquel dicho del Nobel Frances citado varias entradas detrás: “Todas la cosas ya fueron dichas, pero como nadie escucha es preciso comenzar de nuevo.”.
Paraguas cómodo para los charlatanes.

Yo quiero escribir porque quiero, como cada una de mis mensajes.

Aquellos que han caminado (por así decirlo) a mi lado, podrán esgrimir: “como esperas que el pobre chico de 11 años y medio metro menos de piernas te siga tu paso!!”
Pero esa mis amigos, es una posición mas simplista aun que la de escudarse en el dicho de Gide.
Pasa que cuando caminas rápido, el “seguidor”, te sigue de cerca, pero si aminoras tu marcha, en el ansia de esperarlo, de sostener la suya, de guiarlo, de enseñarlo si es que algo hay para aprender…el seguidor aminora la suya mucho más y la brecha entre ambos caminantes, se agranda.
Tan irónico es el comportamiento, que si paras, si detienes tu marcha, el seguidor no solo parará, sino seguramente recule.

¿No lo han probado?
Que importa si son ustedes guías o seguidores, esa es una posición que cambia según las circunstancias habitualmente, pruébenlo!!
Estarán en esta situación algún día, y si se acuerdan y se atreven, regresaré a vuestra memoria y sonreirán (que por cierto es la mejor forma de recordarme).

Podríamos ensayar muchos de mis errores, allá vamos.

- ¿Por qué no le enseñas? ¿ Porqué no le muestras las ventajas de tu paso, lo motivas y lo acompañas en su cambio.

- ¿Creen que no lo he hecho? Talvez en tantas paginas escritas algunas de mis virtudes y defectos no se lean tan claros, pero “transmitir, esgrimir razones y motivar” creo que son características claras de mi voz y de mis hechos.

- ¿Saben que pasa generalmente?

Es contraproducente.
Cuanto mas ignora el otro porque seguir el paso, mas se aplica. Incómodamente humano, pero así me ha pasado siempre.
La razón y el motivo, son propiedades individuales, tan individuales, que aún cuando sean obvias, se vuelven imposición para el otro y automáticamente reciben su rechazo.

- ¿Por qué no aceptas tú su paso?

Ya lo explique antes, el paso del seguidor no existe ante el guía, es inversamente proporcional a su propio paso.

- ¿Por qué no aceptas simplemente que es su paso y disfrutas que cada uno tenga el suyo?

Eso es super fácil, tan fácil que es una ventaja competitiva cuando hablamos de extraños. Cuando hablamos de clientes o competencia, cuando hablamos del malón de gente que “llega después”, cuando el otro no nos importa.
¿Pero como haces para que alguien que te importa, alguien a quien amas, deje de importarte, deje de ser lo mas importante en tu vida, cuando su paso independiente y personal lo lleva al peligro?
Defecto mío, aceptado.

Pero no me sale.
No me sale desocuparme.
No me sale dejar que se golpee, no me sale aceptar que pierda oportunidades, no me sale que se conforme, no me sale que no sueñe y busque sus sueños.
Si, tienes razón, quien merece el incomodo legado de tener expectativas!!

Llegamos otra vez a mi defecto.

Se me da lo de marcar el paso, se me da lo de buscar los caminos, se me da lo de motivar el andar, se me da lo de avivar liderazgo y responsabilidad, pero no se me da lo de luego despreocuparme.

Seguir es loable, imprescindible en muchos casos y por supuesto, digno.
Pero prefiero las desventajas de guiar, mientras no encuentre mejor guía o compañía de viaje.
Solo excepciones distingo en aquello de “en la calle codo a codo, somos mucho mas que dos” y lamentablemente, solo existen para mi en lo profesional.

Algunos dirán: una cosa es la que dices, otra la que haces!! Y la realidad, es que los ojos que ven, las mentes que leen y los corazones que sienten, son los que le dan sentido a las palabras y los hechos, mas allá del emisor del mensaje…por mi parte, soy orgulloso creyente de que la “consistencia” es talvez, mi mejor virtud.

Michel solo es víctima esta semana y en esta entrada de mis ganas de tenerlo “codo a codo”. La verdad, es que aun cualquier parque de Disney con miles de personas, es mucho menos peligroso y por ende frustrante, que la vida misma: un espacio con dos personas, una vereda desierta a recorrer o un equipo de gente buscando un supuesto mismo objetivo.

diciembre 20, 2010

Orlando – Enseñanzas de Disney – 2 de X


Michel aprendió hoy que en Nascar, parte de la estrategia, es chocar al otro auto para dejarlo, ojalá, fuera de competencia.
Supongo en el cuarto piso de Disney Quest ahora, estará haciéndolos triza!!!
Ahora que sabe que no es una falta, algo indebido o incluso, penado, tal véz se aproveche de todos sus instintos y logre mejores resultados.
O tal vez no....uno nunca sabe, esto de no estar haciendo algo ilegal, talvez lo desmotive y quiera esquivarlos a todos.
Aunque no es mujer, sigue siendo un se humano y...¿quién nos entiende?

Enfrente, me permití la primer cerveza de la semana en la “House of Blues”, que hoy esta un poco mas country, lo cual no se desprecia.
Las luces cruzando el patio improvisado de una casa de escenografía donde estoy sentado en una silla de simil metal, me recuerda las películas modernas del sur de Estados Unidos.

Pensemos que es un pequeño pueblo y ojalá, yo el único forastero, bebiendo la Heineken fría, embobado en la música y en los colores de los tantos carteles pintados derredor.
Me pongo de espaldas a Disney Quest y el Cirque de Soleil para creérmelo y entonces me centro en él.
Si en él, sin suposiciones homosexuales por favor!!!!

Jamás se imaginaria que tiene a simple vista, mas de lo que yo espero.
Una guitarra que sabe tocar, un micrófono que deja escuchar su voz por sobre la charla siempre irrespetuosa de los que me rodean, una veintena de espectadores que no pagaron ninguna entrada, un ventilador que lo ventila (¿?), una armónica colgada al cuello, una pandereta que toca con el pie, equipo de sonido y un frasco a mitad del camino donde espera las propinas.
Fue contratado para cantar, supongo, porque es mucho equipamiento para vagabundear por West Side, pero igual espera por la generosidad del público.

No le envidio la voz, seguramente mejor que la mía, pero que importa.
Tampoco las canciones, talvez mas famosas, pero no son las que me identifican, aunque me gustan.
No le envidio la guitarra porque tengo una muy buena abandonada en algún lugar que desconozco.
No quiero su frasco con propinas porque jamás lo haría por dinero.

Solo le envidio la irresponsabilidad revuelta con sueños, actitud y vocación, de buscarse la opción de cantar.
Con algo de pasión según lo expresan sus ojos cerrados tan lejanos del ratón Mickey y sus versiones de viejas canciones de Simon & Garfunkel, alejadas de un “cover” mundano.

El no solo canta aquí.
Seguro su guitarra tiene un lugar especial en su pequeño hogar.
Seguro le habla al almuerzo y sobre todo a la cena.
Seguro la tiene como cómplice para conquistar al amor de su vida o a la chica de turnoSeguro moja su madera mas de alguna noche, sufriendo talvez por lo que yo si tengo o por lo que ambos extrañamos.

Esta semana, mientras filmaba cada montaña rusa, me preguntaba lo mismo que cada vez que me sorprendo filmando las fiestas de fin de curso de los chicos y lo mismo que me pregunto ahora mientras escribo lo que me provoca éste cantante, en éste patio, con ésta cerveza:

¿Porque simplemente no lo disfruto y dejo de registrar todo para que los demás puedan disfrutarlo?, ya sea porque no están, o porque están disfrutando distinto este momento.


diciembre 19, 2010

Orlando – Supernovios Vs Farsantes Asaltaparejas – 0016 horas

Con la vuelta a los vuelos internacionales, los internacionales largos, esos que abandone por Noviembre, volvió también el cine.

No se si es que ya me aburrí de ir solo a los cines convencionales, o es esa ansia de aislamiento que me aleja de la ciudad; pero lo cierto, es que se me hace menos habitual visitar las salas de Santiago.
Seguro igual lo hago más que tú, y tú, y tú, pero como siempre mi "vara" (no hablo de la que tengo entre las piernas obvio) es diferente a la tuya a la hora de medir.

Lo cierto es que los vuelos que pasan las 4 horas, "tienen IN" dijera Michel, entonces puedo regocijarme en mi espacio diminuto entre 200 pasajeros, mirando una peli solo para miEste vuelo a Orlando me ha llevado a un film francés, bastante básico, pero basado en una problemática verdadera; tan real como pocas.

El protagonista repite la misma receta una y mil veces, en escenarios montados para cada ocasión al mejor estilo de la vieja "Misión Imposible" o la pasada "Simuladores"; a fin de probarle a sendas damicelas, de que no están felices en sus noviazgos y por ende deben abandonarlos prontamente.

Claro que los tres del equipo "desmantelaparejas" cobran bien cara su labor humanitaria.
Pensar que yo tantas veces lo hice gratis!!!
Para mi consuelo, en el "…gracias, me has abierto los ojos" del final de cada historia en la película, encontraba el mismo saborcito vivido tantas veces en el pasado.

Obvio que el resultado final era el mismo en la peli que en la vida real: el galán terminaba solo, esperando ser parte de la memoria inolvidable de la damita, que ahora bien aprendida, talvez supiera elegir mejor al próximo noviete afortunado.

La diferencia fundamental entre la película y mi vida real, es que para el protagonista era un trabajo, cobraba por ello y todo lo fingía!!
Para mi ninguna de las tres cosas ha aplicado.
Parte de esas desinteligencias que he repetido...ya me decía mi gran amiga Debbie: tu tienes todo para ser un playboy, asúmelo, disfrútalo y déjate de tonteras!!!

Pero hablamos de una película y como tal, siempre termina en: …y comieron perdices.
Así que habiéndose enamorado (obviamente por so dije que era básica) de una de sus "objetivos", el gran desmantelador sufre en el inter (mientras tanto), las desatenciones de la susodicha.

¿Porqué? se preguntará usted.

Muy simple, obviamente por dinero, el hombre acepta "hacerle el favor" a una damicela super afortunada, que tiene el "ancho de espada" (para los NO rioplatenses un "supernovio" - sin que el tamaño del arma (espada) tenga relación obligada con la virilidad del caballero) y que además espera feliz su próximo casamiento.

Como siempre sucede también, la "pinche vieja" que todo lo tiene, se interesa hormonalmente (léase mas allá de su voluntad) por el farsante y termina dejando al “supernovio” sin defecto detectable,  plantado en el altar para vivir feliz con el desgraciado “asaltanovias”.

La moraleja jóvenes, es que, sea en un avión, en una sala de cine o en la vida real, un buen farsante motivado, puede llevarse a la chica más bonita, siempre que sepa que botones oprimir.

Vivir y aprender....o confirmar.




diciembre 18, 2010

Orlando – Enseñanzas de Disney – 1 de X


Falta una hora para que cierre el parque y el mismo tiempo para que el sol se oculte.
Después de tantos días fríos, este viernes cálido nos ha traído al mediodía, por el parque de agua.

Llevamos casi seis días solos y juntos,  y desde hace dos, todos los limites están siendo puestos a prueba.
Típico de un chico de once años, típico sin importar la edad, de cualquiera que pasa mucho tiempo conmigo. Que todo funcione, que las cosas sucedan sin demasiado trabajo y que todo sea disfrutable se vuelve aburrido.
Hasta el caviar cansa, me decía Lore hace varios años atrás, una verdad que me ha costado entender.

Blizzard Beach es talvez, el parque acuático mas bonito que conozco; es, es, es tan natural.
Tan lleno de árboles y pequeños caminos que en los típicos días de calor de Orlando, brindan la deseada sombra. Caminos que confluyen, caminos que llevan a cualquier parte, caminos cada uno parecido al otro.

Faltan 50 minutos para que cierre el parque y él aún no aparece.
Hoy ha elegido perderse, dos veces no lo logró, esta vez se lo permití.

Estábamos disfrutando la tirolesa, cuando se le ocurrió volver a una de los toboganes.
Tomó el camino equivocado y logré detenerlo a tiempo.
Luego eligió ir por el Río artificial que rodea todo el parque en un viaje largo para girar casi todo el trayecto a favor de la corriente; lo deje, y le avise que lo esperaría en la salida correcta.

Es difícil salirse donde uno quiere del Río, ya lo habíamos experimentado al principio de la tarde.
Todo es tan igual.
Demoró más de lo esperado pero llego al lugar de encuentro, entonces, me ignoró.
Me miró con esa cara picara de siempre y siguió.
A los 30 metros me miró de nuevo.

- te perderás, le dije...y siguió nadando.

De esto hace 1:15 horas.
Lo espere donde pudiera verlo, lo cual para mi ya era una prueba dura, buscarlo, seguirlo, aunque fuera a escondidas habría sido lo normal.

Pero lo espere y recordé que anoche me dijo:

- tú siempre vez algo malo papá, porque?

Y coincidió tan bien con lo que hoy es el objetivo de mi terapia, que lo dejé y lo esperé.

Luego decidí no esperarlo y tratar de hacer mi rato, como tantos padres.
A su edad yo trabajaba hacía años, robaba sexo y andaba solo por el mundo.
Que le podría pasar a él, en la ordenada, hiperprevisora y cuidadosa realidad de Disney World?

Entonces me di otro chapuzón en la piscina, trate de relajarme en las olas artificiales y tomar un poco de sol.
Volví al locker, me cambié, tomé mi segunda manzana del día y aquí estoy; sentado bajo los últimos rayos del solsito que ya se oculta tras los árboles, esperando sin querer esperar, buscándolo sin querer buscar, distrayendo mi desesperación mientras les cuento esto en la blackberry.
Falta media hora para que cierre el parque y él aún no aparece.
Solo tiene su bermuda mojada, nada más.

Es un niño inteligente y ubicado, aunque de poco vale eso cuando tienes alguien con todas las respuestas a tu lado, alguien que jamás se ha perdido y que siempre conoce el mejor camino.
Pero ahora no esta conmigo y si bien le he dejado comprar algún helado por si mismo, su ingles discreto y vergonzoso ha probado ser ineficiente.

- Tú siempre vez cosas malas papá - me dijo.

Yo había presenciado una mala elección de comida, una llegada tarde a un desfile que solo podría ver esa noche, una oportunidad perdida tras un mundo de gente que luego emperrado no quiso solucionar (y que yo filme integro para que algún día pueda verlo). Había vivido como se perdía las tres cuartas partes del mejor espectáculo de fuegos artificiales que he visto ( que también filme completo), sentado en el único lugar donde un kiosko y un árbol tapaban el Castillo de Cenicienta.

- Tú siempre ves cosas malas papá - me dijo.

Obvio que quería ver el desfile, y los fuegos artificiales, ¿porque entonces lo arruino? ¿Porque no se dio cuenta?, ¿por castigarme a mí? (cosa que sin duda logró)
Cuantas viejas historias se me vienen a la cabeza. Cuantos viejos castigos recibidos. Siempre con justicia seguro, sino porque castigarías a alguien que amas.

Faltan 20 minutos para que cierre el parque. El se las arreglará.
Seguro no se resbaló en ninguna vereda; seguro no se golpeó en ningún juego; seguro no tiene ni sed ni hambre. Seguro no necesita comunicarse con nadie y el frío no es opción cuando uno se esta divirtiendo.
Talvez descuente que yo lo estoy viendo desde muy lejos para asegurarme como siempre que todo esta bien.

Que linda sensación, desconocida para mí.

En algún rincón me gustaría que apareciera con los ojos húmedos, sintiéndose perdido.
Pero seguramente no pasara.
En otros rincones mas siniestros, hasta pensé en irme al hotel solo.
Seguro llegaría, pero jamás igualaría con sus emociones el pesar que yo sentiría.
¿Y si algo le pasara? ¿Como lo explicaría? Yo por supuesto, porque yo soy el que debe explicar. No porque tenga once o porque sea mi hijo, sino porque yo soy el mas fuerte, el que debería prevenir y solucionar.

Porque no alcanza las 100 veces que lo dices, que lo adviertes.
Porque tiene que pasar y porque, cuando pasa, otra vez me siento culpable y talvez el ni cuenta se dé.

Aparecerá, con la misma sonrisa que vive, ni miedo de una palmada tendrá, porque jamás se la ha ligado. Supuestamente debí haber mejorado y madurado desde los 90 cuando Anthy y Nicole, por respeto que muchos llamaban miedo, hacían lo que yo decía.

- Tú siempre ves cosas malas papá - me dijo.

¿Que hay de malo en que al sol? le queden 15 minutos igual que al parque y él no esta seco, ni vestido, ni encontrado.
¿Sabrá él lo que es estar perdido? ¿Aceptará que así se llama la sensación de desprotección que desconoce? ¿Se hará responsable de estar en esa situación?
O por el contrario estará por ahí corriendo, para aprovechar las últimas tiradas en algún tobogán, y los últimos chapuzones en la piscina. Totalmente inconsciente de lo que yo escribo, pensando: que bueno esto de que no estén arriba mío!!!

Ya somos pocos en el parque, el sol se cuela por las ramas bajas, la temperatura ha vuelto a sus niveles fríos de estos días. Voy a buscar mis cosas al locker. Una campana y un anuncio en ingles, indican que todos debemos abandonar el parque.



EPILOGO: Apareció como siempre cuando estaba cerrando el locker.
Apareció como lo hacen los inocentes irresponsables, como si nada hubiera pasado.
Error, mío obvio, nada paso ni pudo haber pasado.

- Tu siempre ves cosas malas papá, ¿porqué?.

diciembre 13, 2010

Orlando – El secreto peor guardado del Carnaval de Bahía – 2303 horas

Pululaba la gente por las calles estrechas y adoquinadas del Pelouriñho, agitada por una fiesta espontánea alrededor del Trio Electónico de Carliñhos Brown.

Parado enfrente les dije:
- A ella.
- ¿A ella? ¿Aquella que viene allá abajo con aquel grupo?
- Si, exacto, a ella voy a besar.

Entre risas descreídas, nuestras dos nuevas amigas bisexuales y divertidas, una alemana y otra australiana, trataban de encontrar complicidad en Nando para apostar en mi contra.
Pero Nando ya no se animaba a apostar que no lo haría.

La mire dos veces más y cuando estaba a unos diez metros y aprestándose a meterse al patio donde sonaba la fiesta, crucé la calle atestada de gente, me pare frente a ella, me sonrió con su carita hermosa, se colgó de mi cuello y nos besamos como si fuese la última vez.

Venía con su madre, hermanas y amigas y no sería el último beso que me diera en la noche, pero si el primero.

Volví mis pasos hacia los gritos de asombro de mis compañeros de noche y la carita de “la puta que lo par…” de mi gran amigo.

- Vieron, así es que sucede.
- Pero no lo podemos creer!! - Decían en un mal español, mezclado con risas nerviosas y movimientos kinestésicos.
- Esto es el carnaval de Bahía, de esto se trata, hay que besarse!!

Llevaba varios días en Salvador de Bahía y me había dejado llevar por la tradición comentada y ejercitada TACITAMENTE de “boca en boca”.

Había analizado rápidamente el comportamiento de los “Filios de Gandhi” y si bien carecía de collares de plástico azules y blancos para intercambiar por besos o frascos de perfume barato para identificar a mis víctimas, desarrollé una técnica muy practica para besar a la mayor cantidad de especímenes femeninos posible.

El primer día de carnaval, tras ser eficientemente ultrajado por cuanta damisela paso por el apretadísimo espacio donde pretendíamos todos “sambar” al costado de “la Barra” (rambla de Salvador sobre el Atlántico), había decidido ser protagonista.

Elegí un punto en el medio de la calle, donde podía aprovechar mejor los espacios entre uno y otro Trío Electrónico y asegurarme que ninguna “victima-victimaria” se escapara de mi vista.
Me asegure el stock necesario de “Skoll bein gelada” para desinfectar;  y simplemente intercambie babas, entrañas y otras tantas cosas con cuanta ávida participante del esplendoroso carnaval pasara por mi.

En un momento de la noche, el hambre empezaba a hacer mella, por lo cual invertí en un “millo con mantequilla” e improvise nuevas técnicas:

- Quer millo? daquí?– señalando el choclo hervido en mi mano izquierda – ou  daquí? - Señalando mi boca.

Por supuesto como buen samaritano, compartí toda mi comida, pero nadie toco mi choclo (el amarillo).

Imposible recordar las decenas de mujeres que besé por noche.
No eran piquitos. Ni el ritmo, ni el calor, ni el milo, ni la cerveza, ni el aire, ni la inmundicia de dos centímetros de espesor donde estábamos danzando, permitía cosas delicadas.
Eran besos “profundos” por decirlo de alguna forma descriptiva.

Recuerdo que una era muy grande para rodearla con mis brazos y tenia pocos dientes, sobretodo porque Nando, en su etílico estado provocado por la “Capeta”, me llamo la atención sobre mantener un mínimo de cordura en la selección.
También recuerdo que en un momento, sin tener idea como;  tuve enredadas dos piernas en mi cintura, dos brazos flacos en mi cabeza y una lengua viboreante en mis amígdalas. Para cuando paso, pude estimar que la niña no podía tener más de 10 años o era alguna especie pigmea.

A la mitad de la noche, cuando ya me había acostumbrado a los pellizcones en las nalgas, alguien hizo “toc toc” en la mitad de mi espalda.
Al girar, ví a una niña hermosa, deben creerme, que me miraba con su carita angelical y su cuerpo delicado y pequeño, como esperando el SI de nuestra boda.
Detrás, no más alta, pero mas madura, estaba parada su madre.
En ese momento, todo el bullicio de “La Barra”, se esfumo y me quede ensimismado en la imagen:

- Minha filha quer beijá-lo, senhor – expresaba con cuidado la madre.

Era talvez la quincuagésima de la noche, pero algo no me permitía simplemente comerle la boca.

- se você quiser, ela pode ficar com você toda a noite e se voce quiser levar o seu pais, sera uma excelente esposa e amante.

Al instante me vino a la mente el libro “Once minutos” de Paulo Coelho, que tan bien narra esta realidad Bahiana.
No pude evitar besarla y debo confesar que ella estuvo a mi lado, a mi servicio, los siguientes quince eternos minutos. Talvez esa noche equivoque la elección.

Con mi caballerosidad de siempre, salude a la madre, le di un beso en la frente a la niña que decía tener 18 años, me despedí de su hermosa cara suplicante y me fui a salvar a Nando del enésimo vaso de Capeta.


- Esa – les dije.
- ¿Otra? ¿Cuál? ¿ aquella?
- Si, una más para que vean que no es un tema de casualidad.
- ¿Seguro?

Volví a cruzar la calle, esta era morocha y alta, me beso allí por primera vez, lo repitió meses mas tarde en Punta del Este y jamás la volví a ver.



diciembre 11, 2010

Desde el aire – Desventuras del Tirol - 0905 horas

El mundo de los negocios me ha premiado – y otras veces castigado – con encuentros internacionales, que no siempre han provisto buenos resultados financieros, pero que sin duda, dejan en la retina nuevos lugares que llevarse a casa, y muchas personas para recordar.

Caminaba el año 2000, entre la fiebre del Y2K, las versiones catastróficas del fin del mundo y mis ganas de expandir el negocio a Latinoamérica. En este escenario, compraba mi primer ticket a Europa. Munich seria la parada.

Una compañía Alemana con base en Vaterstetyen y visión global, nos albergaría luego de cursos, negociaciones y contratos, en uno de los Global Partner´s Meeting más interesantes que me haya tocado vivir.

De Vaterstetten, su apariencia de pueblo antiguo, las primeras oficinas llenas de plantas que conocí y las fábricas de cerveza por doquier, nos movimos a Salzburgo (Austria) para reunirnos con todos los socios de negocios.
Asiáticos, Africanos, Oceánicos, y obviamente Europeos y Norteamericanos, componían el mas pintoresco grupo de unos 50 colegas, que encontraban en un Chileno, dos Rosarinos (Argentina), un Mexicano y un Uruguayo, el componente Latinoamericano.
Fue realmente mi primer cruce con las diferencias culturales, fue también mi asumpsión con alegría de que somos “unos indios” y completó sin duda mi orgullo de ser “Latino”.

La diferenciación fue rápida:
Norteamericanos, Ingleses y Alemanes se agruparon por el lado serio, profesional y recatado.
Asiáticos varios, Australianos, el Mexicano indefinido y demás europeos iban y venían en un inestable grupo intermedio que no sabia donde acomodarse.
Y…en el “grupo de la muerte” los latinoamericanos encabezábamos la barra brava, seguidos instintivamente por un enorme Ganes, una Egipcia, una Sudafricana, un Alemán que había vivido en España y una Gringa con ganas de explorar.

Un día del evento en que todas las elecciones de la organización fueron desfavorables y sorpresivas, ocurrieron varias tragedias mundanas.



El Raffting es una actividad recreacional de grupo más que reconocida, bien utilizada para explotar el trabajo en equipo y la integración de los seres humanos.
Era el primero de mi vida y un Río alpino de la Austria profunda, brindaba un escenario de 17kms envidiables para la práctica.

Si contara todo lo que paso alrededor de ese evento deportivo, necesitaría varias decenas de páginas, por lo cual me centrare en uno de los incidentes, el más risueño y el más grave.

Ocupábamos el segundo lanchón inflable o Zodiac.
Trajes de neopreno, salvavidas y casco, completaban una indumentaria que parecía ser un seguro de supervivencia.
El guía experto comandaba el timón al fondo, Adolfo y yo ocupábamos el franco delantero impulsando al equipo, Gretchen, Osvaldo, el Alemán-Español y el Mexicano completaban la tripulación.

En el lanchón que iniciaba la marcha, los directores de las compañías receptoras: Alemanes, Ingleses y Norteamericanos.

Durante la travesía, habíamos aprendido a pararnos en la proa del lanchón sujetos de una cuerda y simular a Kate Winslet en Titanic con el viento en la frente. El alemán y Gretchen estaban empapados después de varias caídas, algunas voluntarias, al frío y tormentoso río y remando contra la corriente, habíamos sabido salvar a la tripulación del lanchón 3 que había quedado atorado entre unas rocas.

El espíritu de la tripulación era jocoso y compacto, sentíamos que todo era posible y entrábamos en el tramo medio del río, que brindaba un momento de calma para disfrutar del paisaje.

De pronto el guía dijo: vamos a invadir al Lanchón 1 !!!!

Lo miramos extrañados y descreídos, pero él nos explico que era un ejercicio-broma de rutina; que el guía de ese lanchón sabía que pasaría y nos proveería el mejor escenario para la “toma de a bordo”.
El indio motivado se agito en nuestras entrañas y con el seño fruncido, la sonrisa malvada y una actitud de batalla, aprovechamos la calma del río y la distracción del “enemigo” para escabullirnos silenciosa y velozmente los 50 metros que nos separaban de la Lancha insignia, río abajo.

Explotamos en gritos al ritmo de los remos agitados, unos 5 metros antes de estrellar nuestro lanchón contra el costado del otro Zodiac, al tiempo que el Alemán-Español, volaba por encima de todos nosotros para caer de frente al mas pesado norteamericano y seguir el recorrido con el hacia el agua.

La cara de los desvalidos “directores” fue un poema!!

No entendían la “salvajada” que estábamos perpetrando.
El sacudón del zodiac hizo que varios perdieran equilibrio y se sujetaran fuertemente de las cuerdas laterales.
Tras el choque, el resto de nuestra tripulación emulo al “adelantado Alemán” y nos arrojamos a la toma del zodiac, con miras de no dejar un solo “enemigo” dentro.

A pesar de que era el más joven de la lancha, yo estaba pesado por aquellos días y mi salto terminó conmigo colgando dentro del agua, del salvavidas de la Gerente de Marketing de la empresa anfitriona. Ella no cayo, pero mi peso y mi actitud fueron muy insistentes.

Para cuando la solté, me rescataron desde mi lanchón y terminó el evento sin que pueda recordar otra cosa que los gritos desoladores y las caras de asombro de los “invadidos”.
Incluído el guía que de ninguna manera esperaba la invasión.

Antes y Después
Fue difícil de explicar, se los aseguro y jamás volví a reconciliarme con la Gerente de Marketing, quien se fracturó el pulgar y la muñeca (sujetando mi peso de las cuerdas laterales de su zodiac), lo que la llevo a estar todo el resto del evento enyesada.

Que se le va a hacer…

diciembre 09, 2010

Santiago de Chile - Haz tu vida memorable - 0631 horas



 
Esta vez os juro, no es cuestión de inconformismo.

¿Como el habitante de la montaña, que festeja su amanecer lleno de verde y golondrinas, puede añorar de tal forma el paraíso marino de Tunken?

Esa extraviada maravilla frente al imponente Pacífico, ese otro tipo de paz que se logra trepando rocas pobladas de tunas, flores, locos, erizos y estrellas de mar y en la danza viboreante de las algas y los cochayuyos gigantescos en cada ida y vuelta de la marea.

Es que estar aquí es llenarse del aire fresco y hoy tímidamente salado, de una marea extrañamente calma, al abrigo de los acantilados y de los casi inaccesibles portones de entrada a este paraíso esotérico exclusividad de algunos.

La Poza de los Erizos me recibió sedienta, en su nivel mas bajo de agua.
Pacífica sin la llegada de las olas, extremadamente poblada de la fauna marina que aprovecha la ausencia de su depredador mas voraz, el hombre.

Me senté en la roca de siempre, me invite unos trozos de jamón crudo enredado en gruyere, para hacer mas completo el sabor del Chardonnay bien frío que mi “heladerita” había conservado hasta allí. Y luego me perdí.

Me extravié en la espuma de la orilla y en la pesca de los Pelícanos.
Viajé por las tantas y tantas veces en que antes estuve allí, con gente amada que compartió mi acostumbrada sorpresa.
Me deje llevar por el acento italiano de Pietro, por la gracia gala de Ana, por la locura aplacada de Sylvia, la risotada kinestésica de Nando; por los suizos, alemanes, franceses e italianos que conocí y disfrute trepando esas rocas; por los vecinos extraños y cercanos, arrancados con sus ropas de playa del siglo XIX, por la Pepi, el Oscar y tantos otros amigos que disfrute iniciar en aquel placer, por ti.

Me sentí vacío por un momento.
Pensé en tantos otros lugares fantásticos que he compartido con placer, por ese ansiar transformar al otro, esas ganas de mostrarle con orgullo y humildad muchas veces mal leída que existe tanto por ver y vivir. Esa búsqueda de hacer grandiosa su vida o al menos, de dejarle soñar que puede serlo y darle una nueva estrella a la cual apuntar.

Me sentí vacío por un momento.
Me costaba encontrarme a mi mismo completo, satisfecho, contenido y amado en cada uno de esos lugares.
Viaje torpe el de cambiar la vida de los demás, viaje ineludible y enriquecedor hacer de la vida de uno mismo, un tiempo memorable.

Me sentí vacío por un momento.
Pero luego quise que estuvieras allí, comprendí que tu sonrisa y tu pelo dorado habían quedado impregnados en ese espacio y en mí.
Entonces me quite la ropa, y tan sano como el dios de tantos a este mundo me ha traído, me zambullí desde lo mas alto al agua congelada, para reconocer que sigo tan vivo como siempre y que allí por algunas horas, como en tantos otros lugares, encontrare siempre un momento memorable para seguir viviendo.

diciembre 08, 2010

Santiago de Chile – una persona, un mesías…cuestión de actitud – 1619 horas

- “Un buen ser humano, no tiene límites” me dijo.

Llevaba el pelo largo, la barba desprolija. Se le podía adivinar mas o menos mi edad, talvez menos y yo lo ayudaba a llegar a la Plaza San Enrique en mis periplos diarios para bajar a la civilización.

Era habitante de las casas “A”, una fundación que hace muchos años construyó casas económicas para gente sin recursos en el medio de la nada, que luego quedaron atrapadas al final del camino, entre la ciudad extendida de los pudientes y lo agreste del Santuario.
Ese domingo de mañana se prestaba a ir a buscar a su esposa al trabajo, para luego tener un rato de familia.

Yo partía con todos mis pertrechos de viaje profesionales, a recorrer Reñaca, para gastarme un año de su sueldo en la renta de un espacio en el cual compartir una semana de fin de año con Anthony.

- “Un buen ser humano, no tiene límites” me dijo.

Lo “mechó” entre agradecimiento y agradecimiento por evitarle la caminata.
Lo dijo con referencia a una charla sobre “argentinos” que sobrevino al ritmo de la música que sonaba.

Pero yo por supuesto, lo saqué de contexto, lo llené de grandeza, no pude dejarlo pasar y con ojos grandes, sonrisa de aprobación y gestos de reconocimiento, tome sus palabras y me dije: allí hay otro mensaje que entregar en mi blog.
Ese domingo, todo salio bien.

Todo lo que busque lo encontré: el buen camino despejado, un mate caliente que entibiara mi mañana, un vino blanco bien frío compartiendo el almuerzo sobre la playa, el departamento que cuidara nuestros sueños del viejo y el nuevo año y la magia de Tunken a la vuelta.
Ese domingo, todo salió bien y sorprendentemente, me encontré repitiendo continuamente, un slogan que todavía no se si fué de Home Depot o solo una canción de los Beatles

“we can do that”

diciembre 07, 2010

Santiago de Chile – Ese misterioso encanto – 1530 horas

Prólogo: En esta realidad autobiográfica que encierra gran parte de mis escritos, esta vez, cabe aclarar que esta entrada no tiene relación directa conmigo o con personas que ame o haya amado. Obviamente puede rozarme, tocarme y hasta empujarme, por el solo hecho de ser humano, obsesivo y emocional. A fin de que la lectura sea un poco mas abierta esta vez, he aquí el prólogo y la advertencia.



A que desigual batalla nos enfrentamos, mientras buscamos hasta inconcientemente y sin poder evitarlo, la sorpresa y el misterio que nos movilicen y ojalá enamoren; haciendo sistemáticamente todo lo posible para vivir una realidad segura y controlada.

Pareciera que no nos damos cuenta de que la una y la otra son opuestas.
Que mientras el misterio, la magia y la sorpresa son la esencia de la vida, la otra, es el fruto directo de nuestros miedos.
Aquellos que estamos un poco mas enfermos, hasta nos consideramos “superiores” por poder imaginarnos todo tipo de realidades alternas y cumpliendo nuestro deber, ordenarlas para poder controlarlas.
Como si esto no fuese suficientemente malo para nuestra esencia y el flujo libre de la energía vital que nos armoniza con el universo, somos prodigiosamente capaces de crear muchas mas realidades adversas, que favorables o dichosas, con lo cual, cuanto mas dañina y desatinada sea la realidad, mas felices nos sentimos de creer ser capaces de controlarlas y por supuesto, poder sufrirlas con todo nuestro ser.

Al final del día, heridos de luchar nuestras propias pesadillas, exhaustos de controlarlo todo, llorosos y desconfiados ante la vida real, nos perdemos ese misterioso encanto de disfrutar todo lo bueno que hay ante nuestros ojos; y propio o regalado, lo bueno que hay en nuestro corazón.


Epílogo: Otra vez, para aquellos que como yo tantas veces, viven el desengaño del momento de la separación, dedico este tema de mi admirado homónimo, Ismael Serrano, en una versión especial que realza mi gusto por su música y sus letras.






diciembre 02, 2010

SCL – It’s a new dawn , It's a new day, It's a new life … For me. And I'm feeling good – 1410 horas

Mi amanecer empezó “desvistiéndome” en lugar de la usual selección de ropillas para protegernos del mundo.

Protegernos de los cánones sociales, de la mirada inquisidora, de las leyes del hombre; y perdernos de la sonrisa picara, los naturales pensamientos pecaminosos y la placentera libertad que solo algunos “descocados” se atreven a vivir entrando al mar sin ropa o saliendo al balcón a sentir el aire fresco en todo su cuerpo, de vez en cuando.

Es que aún en la cama, enredado en mis sabanas rojas y con los ojos todavía perdidos entre los sueños dormidos y los despiertos, recibí por mail este video que desnuda, que invita al placer.
Para los que se animan, en cueros parados frente a la ventana; para los que no, en la intimidad de su cuarto, abusando de las manos, con o sin compañía.

Así te imagino, a ti que firmas este correo que me dice “Tu me regalaste o nos regalaste dos canciones lindas, te regalo esta que es muy pero muy mia…”.
Así te imagino, exagerando el placer, dejándote ir con cada caricia al piano o cada tono de este Michael Bublé que nos regala una nueva generación de Sinatra.

Así que amigos y amigas, esta lectura los agarrara mal parados si están en la oficina.
Les recomiendo la dejen para cuando solo o acompañados, quieran cerrar los ojos y entregarse a los instintos mas humanos y mas animales, los básicos., los esenciales, los placenteros, con … lo que tengan a mano.

I´m Feeling good.









diciembre 01, 2010

Santiago de Chile – De tu ausencia, de ti – 0128 horas

Esta primavera tardía me ha regalado las últimas noches un cielo increíble, de los que no veía desde que “El Chorro” congelaba mis días allá por el 2004.
Uno igual, plagado de estrellas de las que nunca están, me recibió esta medianoche en la cabaña oscura, que ya no me esperaba, pero que estaba lista para recibirme.

Mientras subía el sendero de entrada hasta la escalera, una melodía ausente a las estrellas iba cobrando vida en el aire  “Y cuando vino el tiempo de resumir ya su mirada estaba extraviada entre el estar y el ir. Ojo puesto en todo ya ni sabe lo que ve”  y al llegar a la puerta acepte con la certeza de no tener otra opción,  que mi música había quedado encendida en el lejano mediodía de mi partida.

Pero yo no conocía esa letra y conozco al detalle todo lo que suena a mi alrededor.

Las noches son oscuras en la montaña y cuando la cabaña no me espera, sus luces se apagan y solo el instinto y la paz guían mis pasos hasta la puerta, abren la cerradura invisible y buscan la luz que me regale la vista de mi espacio, ofreciendo siempre un saludo sentido, como padre que llega a besar la frente de sus hijos, como compañero que arriba de la lucha, como amante que siempre esperado y siempre furtivo desborda de pasión.

Y allí estaba ella.

Recostada en el sillón de tantas tardes y noches, definida en su propia luz, canturreando con ojos cerrados las canciones que no salían de mi pocket, pero que inundaban el aire, con acordes de guitarras familiares, fáciles de reconocer.

- ¿quien eres tú? Pregunte con voz calma cuando las primeras luces de la casa inundaron el ambiente. La sorpresa era extrema, pero era imposible asustarse de tan hermosa visión.

Ella abrió los ojos, mitad sobresaltada, mitad complacida con mi inesperada entrada.
- Lucibel, me dijo – con una voz poco más dulce que sus ojos, que mas allá de sorprenderse, se iluminaban con mi llegada.

Su cuerpo se rodeaba de pequeñísimas luces moradas y blancas, sobre el respaldo del sillón parecían descansar dos alitas de hada y su pelo rubio y lacio se adueñaba del pozabrazos, como si siempre hubiera estado allí.

-¿Qué haces en mi casa? ¿de donde sale esa música?

- Pues soy tu hada…solo eso, siempre he estado aquí y esta es la música que tu me has enseñado, desde tu alma.

- ¡¿Mi hada, mi música?!

- ¿Escuchas esa guitarra y esa voz?

- Parece Silvio, pero no conozco esa canción!!

- Así es, es Silvio Rodríguez…ese que escuchas las mañanas de Domingo como para festejar un día de libertad; pero esta vez con poemas que te describen a ti, no al momento que vives aquí.

“Ahora me parece que hubiera vivido, un caudal de siglos por viejos caminos…No hay nada aquí solo unos días que se prestan a pasar, solo una tarde en que se puede respirar, un diminuto instante inmenso en el vivir, después mirar la realidad y nada mas...””

- ¿un diminuto instante inmenso? ¿mi hada? ¿Como es que ahora apareces?

- Talvez porque hasta ahora jamás estuviste solo. Hoy lo estás, hoy lo sientes, hoy es real. No esperas, no sueñas, no vives por alguien más. Por eso estoy acá.

Una energía extraña había llevado mis pies hasta el sofá;   conocido, dominado, ultrajado y disfrutado tantas veces. Pero hoy era su lugar, el lugar de Lucibel y ni siquiera entendía que movía mis pasos hasta allí.
Para cuando la tercer canción sonaba en el aire de la cabaña, ambos estábamos abrazados, abrazados de alma, exentos de vicio o de pecado, y sus luces se prolongaban en mí; mientras sin querer brillar brillaba y sin querer entender entendía que no era una mujer lo que estrechaban mis brazos.

- ¿Te quedarás? – Pregunté.
- ¿Tú lo preguntas? ¿Quién siempre se va?
- ¿Me extrañas en mis ausencias,  tú que dices siempre estar?
- Yo te extraño de una forma diferente, porque nací por ti, ¡al reconocerte!, porque a diferencia de esa luna que hoy no tiene lugar en el cielo, yo siempre brillo para ti. Sin fases, sin cambios, así te extraño…como esta próxima canción….





Vale la pena escuchar, también:
http://www.youtube.com/watch?v=MuoDJp-8RSk