agosto 25, 2011

Montevideo - Hoy conocí a alguien...

Facebook tiene esas cosas, tantas cosas.
Recuerdo que cuando decidí acoplarme y dejar de lado mi negación comunitaria, con el pretexto razón de extender las posibilidades de mi blog y mis caprichos seudo-literarios;  pasé de 0 a 122 amigos en las primeras horas.
Después empezaron a caer los "melancólicos" de siempre:  los viejos conocidos que nos conocían más de lo que pensábamos, los viejos amigos que nada sabían de nosotros, la familia que elegimos desheredar hace años y los curiosos atrevidos que agregan a todos o nos miden por la foto.


Hoy tengo 225, no soy nadie en la web y ni siquiera puedo protegerme en la dialéctica bien ensayada de aquellos que dicen "yo solo tengo a los muy conocidos, no me interesa que nadie lea mis cosas, así que cuando paso los 40, empiezo a borrar".

Un día Fernanda me invito y yo acepté.
La religiosa revisión de las fotos me indicaba que no tenía idea de quíen era, pero si es de San Carlos, la tengo que conocer pensé.
Una amiga en común me confesó que yo le había vendido su primer computador!.
Esto era muy posible, no he sido el primero tantas veces en otras cosas, pero poniendo a la gente en línea, tengo vasta experiencia.


Igual, no fue a Fernanda a quien conocí hoy, aunque si podemos anotar este día de la Independencia Nacional, como el bendito día en que,  en una de sus nuevas fotos pude recordar claramente quien era, y las veces que fui a su casa "excepcionalmente" en la calle 25 de Agosto para hacer que el condenado artefacto fuera más amigable.
Vayan mis disculpas a Fernanda, su hermana, el resto de la familia y muchos otros Carolinos y Carolinas que la "vegentud" esconde en algún lugar de mi memoria o dejo ir en una neurona que recambio contenido.

Hoy conocí a un Marciano.

Puede que también extraterrestre en algunos menesteres, pero Marciano de nombre en fin, Marciano Duran Rivero.
Fernanda citó uno de sus cuentos, entrada de su blog(www.marcianoduran.com.uy) y en esa búsqueda de lectura y sorpresas, me aventuré a vivir otra forma de expresar la deshumanización humana, la perdida de esencia y la virtud de vivir las cosas simples e importantes de la vida;  a los ojos de niños y abuelos, que tan idénticos son, a través de "Hay algo debajo de mi cama".

Me encanta encontrarme con gente que sabe modelar su arte, especialmente cuando la búsqueda del mensaje apunta a los mismos lugares que mi ojo, aunque mi flecha no siempre sea la más certera.
Pero más me gusta, cuando es alguien desconocido, pero cercano.


Marciano Duran camina las mismas calles que yo llamo Hogar (y hablo de Punta del Este) desde 1979, cuando yo contaba 8 años y repartía periódicos en mi San Carlos natal.
Marciano Duran escribe desde antes que yo reaprendiera a leer al acercarme a los libros.
Marciano Duran, tiene unas 357 publicaciones en su espacio, recolectadas desde el 2002 con más de 296000 visitas.


Frente a mis tímidos números más que agradecidos, que además no incluyen los 4 libros que el ya escribió y los miles de ejemplares que ha tenido éxito en derramar; el hombre es todo un personaje.

Pero además Marciano es el Director de Cultura del Gobierno de mi Comuna, activista de mi mismo partido y hasta ha sido Intendente Municipal de Maldonado, en instancias en que el "flaco" ha tenido que ausentarse.

El resumen, no es para levantarle un monolito a Marciano, más allá de mi reconocimiento incondicional por lograr expresarse.
El resumen, la importancia de haber encontrado hoy a Marciano, es respaldada por esa pregunta interna que inmediatamente me surge: ¿Cuánto tiempo o cuánto hay que hacer, para que alguien con quien seguramente te cruzaste en la calle, te reconozca?


Hoy estoy viviendo una tarde tranquilizada y gris del invierno Montevideano, pero podría estar en Kuala Lumpur (especialmente yo), leyendo la cita en Facebook de alguien que mi memoria se emperraba en no recordar (Fernanda), identificando una persona que ha compartido pasiones similares, a pocas cuadras de mis casa, seguramente con varios amigos en común, sin que lo supiera jamás!

Es increíble, es aterrador, es desafiante, es inmanejable.

Mi pregunta siguiente es, ¿cuántos de mis amigos aun no me han leído y a cuantos desconocidos con senda paralela dentro del mismo barrio, llegaré recién dentro de 10 años?!.



agosto 19, 2011

Punta del Este - Medianoche en París

Con el tiempo he debido aprender y aceptar, que los libros me llegan en el momento exacto que los necesito.  Talvez por eso ahora estoy leyendo un ensayo del único filósofo moderno digno de entender plenamente, que de casualidad comparte opiniones conmigo  y osa infringir disputa a Dios, en una evaluación histórica y actual de los diez mandamientos.

Empecé a entenderlo cuando el primer libro cayo a mis manos en mis tardíos 30 años, al tiempo que desataba mi segundo divorcio, mostrándome el comienzo del camino en el que sigo tratando de transformar una vida de plomo, en una existencia dorada (El Alquimista - Paulo Coelho).

Finalmente, estoy convencido de que las cosas siempre nos llegan cuando deben llegar.
El detalle está en que algunos piensan que el momento lo marcan los hechos externos, las circunstancias. Otros como yo, creen que todo pasa, cuando estamos listos para recibir, aunque eso no siempre sea consciente.

La experiencia ilumina personas en el camino, para algunos afortunados hasta mascotas, el "lugar en el mundo", la vista prodigiosa, o el derramar de cosas simples como el manjar preferido, el vino de cabecera, el dulce predilecto o el aroma que extasía.

Las películas de cine y las obras de teatro, como extensión misma de las artes elevadas, también se "nos cruzan", en el momento exacto que nuestra puerta necesita ser golpeada.

Utópica realidad, la que nos lleva a pagar esa entrada y no otra, encontrar ese momento y no otro, y porque no a veces, compartirla o no, para que el mensaje llegue a destino.

Hoy Woody Allen me regalo "Medianoche en Paris", con su arte habitual, para mostrar en un ir y venir en el tiempo, como huimos de la realidad.  Presente que conocemos pero no aceptamos, buscando refugio en un pasado enjoyado por sus protagonismos bien recordados (y defectos borrados por nuestra mente selectiva).
Podría habernos sumergido en un futuro onírico también, pero esas, seguramente han sido o serán, otras películas.

La existencia presente, el alerta dinámico, el "poder del ahora", esta tan de moda las últimas décadas!!

Sin embargo, aún se necesitan recordatorios, mas mundanos, mas probados, mas posibles, mas humanos, que nos demuestren "en peras y manzanas",  la necesidad de abandonar el pasado que ya fué y dejar de proyectarnos a un futuro que jamás tendremos certeza si será.
Cuando veo estos mensajes repetidos, vuelvo a negarme mi análisis contínuo de si debo o no escribir.
Para que escribir palabras que desde Buda, pasando por Osho, Tolle y cientos más, mucho más cultos, mucho más universales, mucho más evolucionados, mucho más dignos en la comparación discurso-vida, ya han escrito?
A veces mi respuesta es déjalo y busca otra cosa y me lleno de esos recuerdos adolescentes cuando me quejaba de que todo estaba inventado.
Otras digo: somos tantos, escuchamos tan poco y entendemos tan minúsculamente el mensaje, que siempre es buen tiempo para reescribirlo, a la manera de uno y quién sabe, talvéz, llegue a un ser mas....y con eso será suficiente.



EPILOGO: No puedo negar que entiendo porque aún no camine esas calles;  porqué comparto con otras personas especiales que hay que llegar a Paris plenamente enamorado y porqué en algún lugar muy adentro, siento que pronto estaré sentado en alguno de los mágicos cafés de los Campos Elíseos.
Confieso también, que en el pasaje en que Gil vuelve al bar para fijar reunión con Hemingway y se encuentra con una lavandería, recordé las letras que siempre echo de menos de la "princesa primavera",  en sus andanzas con vagos visionarios en la ciudad Luz.

agosto 09, 2011

Resumen del primer año

PROLOGO: 172 entradas han completado espontaneamente su texto en estos 365 días del primer año de este Blog. Se diría que la vorágine diaria de los primeros meses y la calma cualitativa de los últimos, cierran un promedio de una entrada "día por medio", lo cual a todas luces me convierte queriendo o no, en un prolífico y conductuoso seudo escritor. Dicen las estadísticas que más de 22000 veces me han leído; que "Memorias, aceptación y disculpas" fue la entrada más leída; y que mis lectores de Uruguay, aunque empezaron tarde la tarea, son los que más me han leído. Muchas cosas dicen las estadísticas, todas igual de importantes, o talvéz menos, que aquellas que no dicen, aquellas que me han dejado sentir en sus comentarios, en su apoyo, en su desconocida presencia desde lugares remotos aún para mí.



Todo aniversario es buen pretexto para una revision y toda crisis, inmejorable escenario para la oportunidad de crecer.
Porque mientras sonreimos, mientras vivimos las mieles de la exigua felicidad, poco avanzamos; nos dedicamos al rico ejercicio de la pereza, nos entregamos al regocijo de la recompensa, punto del cual poco impulso cautivamos de abandonar.
El 9 de Agosto del pasado año, tras los empujoncitos de derecha e izquierda que Carla e Ivan me propinaban (a quienes nunca dejare de agradecer por ello y muchas otras cosas, desde existir), este blog publicaba su primera historia, explicando cuando no!! desde la niñez eterna y marcada a fuego que me define; porque nacía y creía que "ya me sé todos los cuentos".
Los primeros tres meses fueron un vomito de desahogo.
Un mezclar distracciones con dolor profundo.
Un darle rienda suelta a las memorias.
Una búsqueda a dejarme ver, a entregarme, para no tener que escarbar solo tanta desdicha y buscar descubrir con todos ustedes, la manera posible de seguir.
Algunos pudieron leerlo, otros no.
Viaje desde ese presente de desgarro a una niñez tan similar, para pasar a compartirles toda anécdota que encerrada en los rincones de neurona, levantara la mano para salir.
Exagere mi crítica, blasfemé contra y trate de liberarme de un peso que solo a mi costaba cargar.
Lo que restó del año, me aislé, me llevé a la soledad más pura y peligrosa, la de la aceptación.
Bordee el abismo de la locura, tropecé y vi como las piedras caían debajo de mis pies;  pero por el solo hecho de no desvanecerme, de no dejarme llevar por los llamados misteriosos de la sinrazón, me hice más fuerte.
Presenté mi otro yo, le di su lugar importante y lo expuse a evaluación de ustedes para que me ayudaran a desnudarlo.
Me divertí en sus andanzas, me sorprendí en sus ideales, me deje cautivar de a ratos por sus memorias, pero por sobre todo, me deje llevar por un camino de ficción que sentí, enriquecía mi decidida obsesión de contar.
Para cuando el año terminó, estaba lo suficientemente desolado y partido al medio, como para rearmarme.
Y al menos yo sentí que el nuevo mecano resultaba mejor, al tiempo que aprendí que no había nada más importante que lo que yo mismo sentía.
De fuera y de dentro me llegaba la esencia de un ser que hasta ahora me interrumpía con su intuición siempre acertada solo para mostrarme el error, y se transformaba en guía del camino.
Entonces confié;  la receta aplicada de a ratos los últimos años se volvió ley y pude experimentar como el todo fluye alrededor cuando uno simplemente no se opone a ello. Aquella teoría del sincronismo impulsada tímidamente desde mi tribuna, explotaba en realidad ante mis ojos, como ese dios en el que se empeñan en creer muchos para saciar su fé.
Y re arranqué la vida, talvéz incompleto, o talvéz mejor dicho, con algunas cosas de más, abierto a "ya NO saberme todos los cuentos".
La elección de búsqueda en la forma de vida fluyo primero, mas fácil;  el mal nombrado "trabajo" se regocijó de mi regreso y la armonía comenzó a dar frutos rápidamente.
Me desprendí de los lazos temporales a mis pasiones y me abracé a las mismas, con compromiso de futuro. En ese camino, mi cabaña, mi hogar, mi lugar soñado hecho realidad paso de ser mi refugio y mi cueva de ermitaño; a la promesa cierta de un futuro largo disfrutado donde quiero, como quiero.
Y partí, y volví a volar, y volví a experimentar, con un ensamblaje más sincero de mis partes, abierto a recibir, presto hasta para pedir y por sobre todo dispuesto a disfrutar.
Tratando de no dañar en mi paso, dejándome guiar simplemente por esa voz interior que la mente opaca siempre y a la cual nos han enseñado por años a rechazar.
Aun sobran cosas en mi, cosas más allá de los "michelin" claro está.
Aún me queda por vaciar el lado izquierdo del pecho, caprichoso pero entendiblemente mas lento en su evolución.
Sera cuando deba ser, ojala a tiempo, seguramente a tiempo, para volver a amar;  después de reconfirmar, que el corazón, o talvéz mi corazón,  solo puede amar a una mujer a la vez.

EPILOGO: Ya muchas veces lo he hecho, pero nunca serán suficientes. Gracias, por acompañarme en este camino, gracias, siempre.

agosto 01, 2011

Barcelona - Sumergido en Genio

Barcelona fue fantástico!!.
De tener 15 años menos...nadie me habría sacado de allí.

Seguro pensaran: "si mi abuelita tuviera pito, sería mi abuelito", pero no es así.
Abuelitas con pito "aun no existen" (creo que no ha pasado tanto tiempo para las futuras abuelitas transexuales), pero de jóvenes de 25 el mundo está lleno!

Es que Barcelona confirma ese potencial enorme con el que me la presentaron en la facultad, merece la distinción que la globalizó en el ´92 y cumplió con creces esas ganas ilusionadas que tenía los últimos años por conocerla.

Y en Barcelona, Gaudí.

Con los años he aprendido a admirar las cosas simples.
A distinguir los árboles en otoño y la sonrisa de una flor.
A elegir despedir o recibir el sol cada día.

Pero este camino, también me ha alejado de lo humano.
De reconocer algo mas allá de la gracia.
De vivir la excepcionalidad del genio.

Soy bendecido al ser rodeado por gente fantástica, pero la ausencia se ha llevado esa sensación de sofoco, ese no entender sacudiendo el rostro lleno de sonrisa, ese sentirse minúsculo que sobreviene cuando no puedes acreditar: como alguien, en algún momento, hizo algo, tan excepcional.

Y esto nada tiene que ver con lo histórico, no hay cuota de leyenda en el sentir, ni valoraciones comparativas de lo que otros harían el mismo tiempo.

Es singular, presente,  es "la cosa", es lo que provoca esa avalancha de sensaciones que emociona hasta las lágrimas.

Fueron varias las obras de Gaudí que visite llenándome de preguntas, pero aquella noche que llegamos con Nikky a Casa Batlló, todo se desbordó.

Debo aceptar que como siempre, la sincronía del universo conspiró.
Alguien no entendió en la puerta que hacia allí una pareja tan inusual, en busca de una cena, desconociendo totalmente la propuesta del lugar.
Fue lindo que premiaran el "ángel" de mi niña, acomodando una mesa extra y un par de sillas en la terraza, centrada con dulces multicolores y la vela de rigor.
Fue fantástico que solo Cava bien frapé pudiera tomarse allí y existiera canilla libre de muchos jugos.
…Y seguro completó el asombro la voz de Luzía inundando el aire de magia.



Pero el genio se respiraba, rompía los ojos, estallaba el pecho...en cada pieza de mosaico incrustada, en cada columna irregular y diferente, en cada lugar irreverentemente arrancado al espacio, en cada tono de luz, en cada foco y cada cristal, en la caprichosa deformación de la madera para transformarla en una puerta, una ventana, un mueble más o el escalón de una escalera dispuesta solo para subir.


Porque respirar Gaudí, reconocerlo y aceptarlo es un camino de elevación personal.


Cuando yo cursaba la secundaria, la nota máxima era 6.
Con excepción de un cuarto año "matematicamente" perfecto  (con el Maestro Faccelli), en que termine con 6 y varios borrones de conducta, siempre salí con 5.

Los profesores y directores me exigían el 6 (al principio por ser hermano de Samanta), pero yo nunca fui 6 y orgulloso los miraba y les decía "yo soy 5, no 6, pero...5 en todo...y así me gusta ser".

Ya antes de los 20 asumía mi incapacidad de ser "anormal", especialmente dotado, genio...pero recompensaba mi ego de buena manera, dejando de lado también, las limitaciones.
Y talvéz por eso, por eso de querer lo que uno no tiene, habiendo ya madurado, se me humedecen los ojos, se me hincha el corazón y me desafían las limitaciones inconscientes, cuando me sumerjo en una genialidad.

Les regalo lo caprichoso que sin duda hay que ser para ser genio, quédense con las guerras que debió luchar Gaudí para que creyeran posibles su planos en el 1900, disfruten lo naturalmente incompleto de sus obras, aplaudan la seducción de sus espacios, la invitación a la vida de sus formas.

Reconozcan su pasaje a la posteridad;  la eternidad de su visión...y sólo déjenme escuchando ruborizado, sonriendo tontamente, una versión de mi canción preferida de Serrat,  retumbar en las curvas del techo, al sabor de un Cava Español...abrazado de mi hija.