octubre 28, 2010

Barra del Chuy 1997 – Ustedes tienen que evolucionar conmigo!!! – 0931 horas

Llevábamos algo así como 9 meses saliendo juntos, desde aquella tarde en que la llamé desde el teléfono público del Super Uno. Ya no podía seguir soportando esa preciosa cola ir y venir con desdén del otro lado del mesón de Adquisiciones en la Intendencia Municipal y esos labios casi siempre de un rojo intenso, que me hablaban con indeferencia, pero me pedían a gritos que los masacrara a besos.

¿A las 19 en la 19? Y ahí empezó la historia.


Era un Julio frío, pa cagarse de frío, y a Tania se le ocurrió la brillante idea, de que fuéramos con sus compañeras de trabajo a pasar una semanita de heladas vacaciones a las cabañas municipales de la Barra del Chuy.

En Uruguay, tenemos la manía de llamar “Barra” a la desembocadura de un arroyo al mar y hay un arroyo que se llama “Chuy”, igual que la ciudad limítrofe con Brasil donde todos van a comprar “vagayo”. Así que ya saben donde estábamos.

Estas cabañas,  son unas construcciones minúsculas, con un living-comedor-cocina de 15 metros cuadrados, un baño y un dormitorio de otros 9 metros, que ostentan paredes de media altura, gracias a su “fresco” techo de quincho (paja brava, que les encanta a todos por su frescura y olor a campo, pero en verano).

 

En el medio de la cabaña, como sosteniendo toda la estructura, tenía que haber una estufa a leña, en este caso estufita (40x30cm), talvez por la medida de la cabaña o talvez porque eran municipales.

Lo cierto es que la experiencia pintaba como un interesante reto: físico por el frío, social por convivir con varias parejas de empleados públicos y sus hijos, y económico por la peligrosa cercanía del para entonces, baratísimo Brasil.

Tal fue así, que llegamos, nos acomodamos y partimos “pal Chuy” a buscar víveres, que por supuesto, incluían cantidades industriales de “cachaza” y limón de pica, para sobrevivir la semana invernal a orillas del arroyuelo, bañados en Caipiriñha.

Éramos 18, incluyendo (creo recordar) cinco parejas, la Yiya (eterna solitaria risueña) y unos 7 crios.
Cada pareja tomo una cabañita y todos acordamos reunirnos para cenar juntos, hacinados pero calentitos esa noche.

Pa´ ese entonces, yo era “el nuevo”, además del único “no municipal”, el único miembro masculino de pareja soltera y el único que no llevaba hijos al festín (aunque ya los tenia claro esta).

Tambien pa´ese entonces, se empezaba a rumorear en el pueblo, que tenia un talento especial para hacer empanadas de carne (y para comerlas por dios!!), así que me toco preparar la cena.

Deberé afilar mis garras de seudo escritor, porque es sumamente importante que logren meterse en el momento que sigue, vivir conmigo aquel entorno y disfrutar de los resultados.

Los 11 mayores y los niños mas tímidos se arremolinaron como pudieron alrededor de la única mesa que ocupaba la mitad de la habitación, los restantes niños corrían por el resto de la cabaña (ya saben las medidas), pero por suerte se cansaron y se fueron a dormir (sospecho y espero) para cuando todo estuvo bien “adobado”

Yo me “parapeté” en el fogón que hacía de cocina en la pared trasera y trate con mi espíritu siempre ordenadito y por demás obsesivo de acomodar la logística de manufactura, para lograr un limpio desempeño de mis artes culinarias.

Las empanadas son mas ricas y "mortales" si son fritas, y mucho, mucho mejor, si lo son en GRASA, tal cual los uruguayos disfrutamos de hacer nuestras tortas fritas. Pero la estufa a leña, que quedaba contra el piso, era tan pequeña, que sobre la fogata, solo pude acomodar una cacerola de 20 cms de boca, con un mango laaaargo - pa´no quemarme los dedos vió.

Técnicamente, el problema residía en que la cacerola no podía albergar mas de dos empanadas en período de fritura.

Dado que era el único fogón-cocina y además de ordenadito y obsesivo, soy un acaparador, yo misturaba mis hechuras comestibles, con la preparación de las “muy rústicas” jarras de caipiriñha, sustento liquido que al principio calentaba el ánimo invernal y al final, calmaba engañosamente la sed y el “calor humano” que la montonera, la fritanga y la exitación provocaba en los sobrevivientes nocturnos.

96 empanadas hice.
Si, 96.
A dos por turno de fritanga, significaban un mínimo de 96 agachadas a la estufa ardiente y contra el suelo (pa ponerlas y pa sacarlas vió). Le podemos sumar una bajada mas por pareja de empanadas para girarlas, así que nos vamos a 144 bajadas y eso sin contar las “agachadas” de control.

Cada par de empanadas demoraba aproximadamente un minuto en dorarse (el relleno estaba listo al armarlas), con lo cual, ese centenar y medio de “agachadas” mantuvieron un envidiable ritmo durante las siguientes dos horas de reunión.

Como responsable y aplicado trabajador, “a prueba” con las amigas y congéneres laborales de mi prominente novia, el Isma (YO) armaba las empanadas al tiempo que fritaba, lo cual proveía de rápidos y candentes víveres a la mesa .Al mismo tiempo, preparaba las jarras de caiphiriña para saciar a los buitres. Si afuera era invierno, adentro, vivíamos en el caldero del diablo a esas alturas.

Lo invito a que trate de agacharse 150 veces, sin estufa caliente, sin responsabilidad por empanadas quemadas, sin tener que armar las próximas antes de que las otras terminen su proceso de cremación, sin el barullo de 17 personas en 15 metros cuadrados y sin tener que saciar su creciente sed por la ardua labor, con una cada vez menos cuidadosa gaipiriñha.

Si, adivino bien, termine IN CON CIEN TE.

Cuando abrí los ojos, tenia puesto solo un buzo deportivo azul eléctrico que adoraba de mis tiempos de “fuera de tiempo”, no ropa interior, no remera, nada, solo el buzo (para los chilensis, un buzo, no es un pantalón, es un buzo, tapa la parte pectoral del cuerpo).

Estaba tirado en la cama y Tania estaba sentada de espaldas a mí a los pies.

Me pareció raro su no respuesta a mis “buenos diiiiassss”. Ni giro su cabeza.

Cuando la operación se repitió al decir : - hola amor, estas bien?, supe que estaba en problemas.

Problemas que confirme eran graves cuando giro su cabeza, sin mover un solo músculo y me miro con los ojos mas odiosos que me haya mirado en todos los años que la he conocido.
Se levantó y salió del cuarto, dejándome con una intriga arrasadora.

Rápidamente escudriñe la habitación en busca de pistas, pero no encontré nada, mientras sus compañeras de oficina le decían algo así:

- bueeno, no te enojes, se ve que se sintió “cómodo” pobrecito.

Las preguntas iban y venían en mi mente, pero yo ni siquiera era capaz de recordar que la caiphiriña podía haberme vaciado el coco de neuronas la noche anterior.
Inmediatamente sentí el revuelo de que salían otra vez pal Chuy y me apreste a levantarme, ni la cabeza me dolía!! Y eso en mi, seria un dolor grande, bien grande.

Cuando salí a la soleada mañana de Julio, a las puertas de mi cabaña, los “maridos” empezaban a preparar un asado.


- buen diiiiaaaaa

Nadie me miro, nadie contesto.

Por un momento llegue a pensar que había dejado de existir, eso era!!, yo no estaba allí, por ende solo yo escuchaba mi voz y eso explicaba porque Tania no me había contestado y estos caballeros desconocidos, no respondían mi caluroso saludo matinal.
Sintíendome el “hombre invisible” elegí rápidamente un costado de la puerta, para sentarme a ver si el sol si me veía y me ayudaba a comprender lo que pasaba.

Opte por intentar lo básico

- buen diiiaaaaa????

Y si, no era el hombre invisible, los hombres me miraron con casi la misma desidia que me había mirado Tania, mientras se acercaban cerrando filas a mi con los instrumentos de “asar”.
Levante las manos, supongo puse una terrible cara de boludo y dije

-bueno, bueno…no tengo idea que pasa, pero…..

Mi inspiración o mas bien desesperación, se vió truncada por las carcajadas desproporcionadas de los tres tipejos, que no podían aguantarse mas aquel teatro que habían montado.

Un poco mas relajado - realmente la paliza se veía encima - logré cambiar mi sonrisa de nervios por una de calma y comencé con el cuestionario de rigor para averiguar la causa de tanto alboroto.
Al influjo de los cuentos, yo iba teniendo algunos flashes en mi cabeza, que me confirmaban que aquello podría haber sido posible.
Parece que para la empanada numero 90, yo y todos, estábamos en un pedo tísico (bien mamaos, en curda, arriba de la pelota, curados totales, se entiende verdad?) , pero especialmente yo por supuesto.

Yo recordé que la 95 y la 96, por aquello de que ya todos debían estar satisfechos y no me sentía ya tan “responsable” (no por el pedo bestial obviamente), las tire al aire desde la olla con grasa para que las “barajaran”. Todo muy bonito hasta ahí.

Uno de los susodichos había resultado muy dicharachero (Cacho) y se ensaño con el minusválido Carlos, para divertirse a granel.

Dicen que de niño y de borracho no se miente y yo que miento poco naturalmente, mucho mas honesto y brutalmente sincero debí ser esa joven noche de mi vida, en la cual me agarre el primer, si PRIMER pedo de mi existir, el mas grave hasta ahora y casi casi el único.

Resulta que en mi visión persistente de que los empleados públicos incluyen algunas células conformistas en sus decisiones de vida y ante aquel grupo de féminas fatales - aceptemos para ese entonces, salvo la YIYA (que se veía como el nombrete), las niñas se vían muy bien!!decidí promulgar algunas leyes máximas y tácitas de la sexualidad humana. (beso para Paty y Margot que nos leen y a Ana y Sara que talvez reciban esta entrada como gentileza y curación a muchos males - recordemos aquello de "la risa remedio infalible" de las Selecciones de la Readers Digest) -

Complementado esto con una invitación directa (frente a sus maridos) de que EVOLUCIONARAN conmigo, seguramente "con miras" de que fuera aquella misma noche y allí mismo, entre la grasa salpicada de la fritanga y los limones exprimidos y azucarados de la "gaiphira".

Dicho esto por sus esposos, no pude obtener flash alguno que lo confirmara, pero la expresión “evolucionar” se me hacia tan mía como difícil de inventar por los susodichos y la cara de Tania en la mañana completaba una buena duda razonable de que todo fuera cierto.


Pasos seguidos, dicen, que sobrevino la música.
Gran bailarín como soy, no dudo que en aquel estado haya explayado mis conocimientos innatos en aquel pequeño cubículo y parece que el muy HDP del “dicharachero Cacho”, me invitó a seguirlo en un paso peculiar, donde terminaríamos con los “talompa” (pantalones) en los tobillos.

Pues ¿recuerdan aquello de aplicadito?, parece que se sumo a mis artes bailanteriles y a mi falta de neuronas y vergüenza, y si bien el idiota solo amago, yo me baje toda la ropilla hasta el piso.

Parece que esta gotota, rebaso el vaso mas que lleno de Tania y no tuvo mejor idea que llevarme fuera, al frío de la madrugada, a increparme por mi actitud.

Mal lo veo, mal lo veo!!

Desde allí, calentura aparte, parece que dejaron de verme y en sus niveles de alcoholismo, reflexionaron sobre ello, talvez minutos, talvez horas después.

Tras la búsqueda tropezona, encontraron que ni afuera ni en el baño estaban mis restos, con lo cual al tantear la puerta del cuarto y encontrarla trancada, intuyeron que allí reposaba.
Mi no respuesta a los gritos los inquieto, así que el “dicharachero” se subió a la pared del dormitorio para “visiculear” pa dentro.
Recordemos que es una cabaña y las paredes solo llegan a los dos metros, arriba, la sercha normal de los quinchos, sostiene el techo.

Parece que el campeonaso de Cacho, miró a la muchedumbre inquisidora y al dormitorio varias veces y le dijo a Tania seriamente:

- ¿ustedes tienen muchos problemas?....porque vomitó todos tus calzones!!

Paso seguido, se tiró pa dentro del cuarto y abrió la puerta.

Todo lo que sigue y confirmé rápidamente a la vuelta de las mujeres del Chuy, indica que el pobre Ismaelito, había confundido el placard con el baño y muy prolijamente había abierto la puertecita y depositado allí los restos de sus empanadas, la gaipirinha que no se había consumido quemándole las neuronas y posiblemente uno que otro pedazo de sus entrañas, exactamente, sobre las maletas abiertas que habían dispuesto para el tan mentado viaje invernal!!

Alli me encontraron, culo "parriba" saliendo como dibujito animado del placard, reposando mi cabecita sobre un charco de la misma inmundicia que la rodeaba como un aura pecaminosa.

Dicen que Tania aperró (se hizo fuerte y tomo cartas en el asunto), de pura vergüenza supongo. Los corrió a todos del cuarto, debe haber vomitado también por el olor y la asquerosidad; lucho como pudo con mis 90 kilos de humanidad inconsciente para sacarme la ropa, vestirme nuevamente (cositaaaa!!!), juntar toda la ropa asquerosa y talvez después dormir.

Fue fácil entender en ese momento la cara de esa mañana y hasta el silencio y la indiferencia total que recibí toda esa semana de su parte.

Ese día, complete todas las cuerdas del campamento, lavando a mano, con agua bien bien fría, como buen pecador que era, todo lo que habia enchastrado la noche anterior.

Si vamo´a hacerlo, vamo´a hacerlo bien carajo!!

9 comentarios:

  1. jajaja, me imagino que enchastre .
    pero Tania paso esa prueba de fuego .

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  2. Que recuerdo maravilloso.
    Nunca olvidaré la increíble sensación de ver volar las empanadas, directo desde la olla, al grito de "atajen ahí atrás, no se queden con hambre"
    Ese día muchachito, pasaste de noviete a amigo.
    Beso grandote, buscaré una foto alusiva para enviarte.
    Patricia

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  3. Jajajajaja!!! como dicen por ahí, una vez no hace daño.
    Gracias, para estos dias que estoy viviendo, pienso que la vida es una y a disfrutarla muuuucho.
    ARF

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  4. ¡Pobre Tania! Pero sobrepasó "haut la main" (como dicen los franchutes) la prueba de fuego. ¡Qué lindo que es el amorsh"

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  5. Eso es abrirse sin tapujos!! (((envidiable))).
    Beso,
    Cdm

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  6. Hola Isma, ja ja ja, soy una empleada municipal aún que vivió la experiencia contigo y los restantes, 17? o más?, una cosa, los niños no se acostaron, vivieron toda la función junto a nosotros sus papas, y tania, bueno, no se asusto de nada, creo que atendio pedos iguales antes. Otra, no eras invisible, ja ja ja, era que si te mirabamos nos ibamos a morir de risa, acordate de esto, eras un niño y nosotros unos veteranos en ese y otros temas. Recuerdo todo, me alegro recordarlo de nuevo y lo hacemos a menudo, hace bien recordar esas cosas maravillosas que tiene la vida, esos momentos que no se olvidan. Me encantó compartir contigo el relato y hayyyyy masssss, ja ja. Tengo fotos tambien, voy a colgarlas para seguir llenando esto. Besote. Margot

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  7. Me encanto, parece que fue ayer. Es un recuerdo maravilloso. ¡Muy ricas te quedaron las empanadas! Con Yeru nos acordamos seguido de ese viaje. Besos

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  8. NOOOOO FOTOS NO!!!
    Nunca supe que habia "archivos graficos" de esa andanza. Por supuesto, manden que las publico "sin verguenza"(qu mas da ya!!). Besos niñas!! un placer que leyeran la entrada.

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  9. Realmente no me acordaba de todos los detalles, genio haciendo empanadas Ja!!!!! ja!!!!!!!!!! realmente no fuistes el único que se pasó de bebida. Sara

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