agosto 15, 2010

Desde el Aire - Historias del navegante común – 1938 horas

Hoy es de esos días que se "ganan" sobre un avión.

Habiendo dormido en Beyrut, Libano; después de repartir besos, abrazos, agradecimientos y cariño real y palpable a la familia Haibi, que abrigo mis pegajosos días en el mundo Fenicio, me encuentro camino a Oslo, Noruega, luego de pasar unas horas de puesta al día (trabajo) en el aeropuerto de Londres.

He volado en una veintena? Treintena? De aerolíneas en mi vida, pero aun no me había tocado una del mundo escandinavo, el lejano paraíso frío y perfecto, la tierra de los vikingos, mas avanzados que los que se adjudican "occidente", el universo de la limpieza, el orden y las canciones de AbbA.

Porque no, también aceptarlo como el de la "blondas" perfectas y las mejores películas porno, lo cual nos deja un imaginario hiper-abierto en la búsqueda de la morocha mas atractiva del mundo.
 
Y es que este vuelo casual, accidentalmente aceptado con una sonrisa, que me tendrá una noche en ese mundo, lo opera SAS.

En este milagro que constituye la comunicación, que seguro algún día ocupara ampliamente nuestras letras, el ponernos de acuerdo en lo "común", lo "natural" o lo "esencial" es casi, un imposible.

Digamos que la visión no solo varia por cada persona, sino además por su estado de animo circunstancial y porque no decirlo, por si esta o no en su periodo menstual (sea hombre o mujer . (tema que también nos entretendrá uno de estos días).

Pero, resulta extraordinariamente claro (como siempre) cuando algo respeta el vanagloriado "sentido común"

Y es que yo, obsesivo como hombre y como obsesivo, no puedo dejar de mirar y hoy, DISFRUTAR a pleno, cuando los procesos de una organización, se rigen por el mas puro sentido común.

Sin haber pisado tierra escandinava, ya me aventuro a afirmar, que esto, es lo que los hace superiores (porque lo son en todos los indicadores sin dudas) y que además, combinado con alguna magia que me esmerare en descubrir en mis cortas horas allá, talvez absorbida de sus auroras boreales o sus troll´s, les da ese aura de perfección que ostentan silenciosamente, casi a escondidas (según yo, para no contaminarse)

Para quienes no conocen el proceso normal, en cualquier país - exceptuando Estados Unidos donde todo es peor y a los más orientales que aun no conozco pero gozan de mi crédito - uno hace su check in en la aerolínea, paga su taza, pasa un tercer control (porque los dos anteriores también lo son) para entrar a la zona de abordaje.

Es analizado en detalle en el cruce de aduanas y examinado como criminal en migraciones.

Dependiendo de en que mundo (o inframundo) este el país donde usted trata de embarcar, podrán abordarlo una o "n" veces mas, inquisidores rostros tratando de revisar su pasaporte y su equipaje de mano, con cara de infelices y gestos de sabiondos; mientras la voz en off del aeropuerto le recuerda una y mil veces que si esta pensando en hacerse un criminal internacional, desestime la oportunidad inmediatamente.

Hasta allí, tenemos un mínimo de 5 revisiones y un máximo que dejo en manos de sus mas esmeradas pesadillas.

Siempre he pensado que algunas personas, pueden llegar a dudar su identidad; mirar con fobia epidémica el bolso de mano que ha llevado por diez años, y repensar la idea de cumplir sus deseadas vacaciones ante tanto acoso.

Pues bien, con el boletito el mano, el pasaporte manoseado con ansias de guardarse y el bolsito (o bolsitos porque hay razas que les ha costado dejar de ser nómades) que llevamos, nos dirigimos mas rápido o mas despacio (todo un tema) a la puerta de embarque.

Si no tiene la suerte de entrar a un "VIP Lounge" entonces se librará usted de un nuevo control.

Llega la hora de embarcar y unas 120 a 300 personas (dependiendo del avión y el destino) se agolpan en la sala.

En el momento en que alguno de los oficiales de las aerolíneas, casi siempre mal encarados y sin mas ganas que ladrar, levantan su cabeza del mesón de embarque o dejan de hablar por celular o radio; la mitad de los pasajeros ya esta apretujandose frente a la puerta, como si el avión se fuera a ir sin ellos.

El aburridísimo y repetido ascenso precalibrado y ordenado del aeroplano se comenta por altavoces, las manos de los empleados "arrean el ganado" y las caras dicen "que pedazo de pelotudos!!" mientras la boca dice, "Caballero, señooor, .su zona aun no embarca".

Y allí empieza el corte de pases de abordar, donde por supuesto, las complicaciones que no podrían existir jamás, acontecen y con agravantes.

Lo mismo se replica en la carrera hasta la puerta del aeroplano;   y el proceso de entrar al avión y sentarse, da para escribir un libro completo.

Este "pinche" servidor volador, ha asumido todo esto como "HUMANO", sin esperanza alguna de que otro factor "humano" pudiera cambiarlo (difícil una terapia grupal en una puerta de embarque).

Pues no, fíjese usted que no, hoy he vivido una sutileza del tamaño de un Airbus 340, que para usted que toma un par de vuelos al año para sus vacaciones será ínfima, pero para mi, es como haber hallado la luz al final del camino!!!.

Mi corazón se hincha de dicha y mis ojos casi llegan a llorar.

Aunque no lo pueda creer, en las salas de Heathrow (Principal aeropuerto de Londres) a uno lo controlan (si claro, el mínimo sexto control) cuando entra a la sala, pero ahí no esta la diferencia.

La sutil y avasalladora diferencia esta en que, estando todos en la sala, perfectamente sentados, alguien abre una puerta y anuncia que se puede abordar, lo que lleva a los asistentes a levantarse tranquilamente y dirigirse en total orden hacia la manga que los llevara al avión.

JURO QUE CASI LLORE, CUANDO LLEGUE A MI ASIENTO SIN TENER QUE PARAR NI PASAR NINGUN CONTROL MAS!!

Increíblemente, tanto la gente de SAS, como los pasajeros en su 90% escandinavos, tienen claro:

a) que entre la puerta de la sala y la entrada a la manga, estando el puesto de control intranspasable sin mostrar el boarding , no hay ninguna posibilidad de que se "materialice" ningún polizón. Lo que nos ahorra un chequeo en esta instancia, acompañado por una estúpida ansiedad y forcejeos, que se repite luego en la manga y en el avión.
b) que entre la entrada a la manga y el asiento del avión, tampoco se materializara ningún pasajero, por lo cual, no tiene ningún sentido que la "jefa de abordo" te pida el talón de embarque que te cortaron hace 20 segundos y que en el 80% de los casos, ya es parte de la cartera de una dama o los bolsillos de un caballero (sin necesidad de ampliar comentarios).

Se que soy un niño, se que se siente como si estuviera con mi pistola de plástico nueva diciendo "paun...paun" detrás de un árbol, jugando feliz a los vaqueros.

Y pensar que pago terapia para permitirme ser feliz, cuando cosas tan procaces, tan efímeras, tan imperceptibles para la mayoría, me regalan momentos de profunda dicha.!!!

Ya en Noruega, no les voy a contar que llegue a migraciones y no había nadie y encima un simpático señor arriba de los 50 con cara de Papá Noel, me miro con una sonrisa y me dijo casi sin revisar el pasaporte "sudaca" : ..."porque tan poco tiempo en Oslo?".

Tampoco le diré que no pare en "Bagage Claim" porque mi maleta llego inmediatamente (entre decenas de vuelos entrantes al mismo tiempo).

Para que, para que le voy a contar que de haber usado ellas tacones, habría sido imposible pedirle a las dos rubias esculturales que hacían de mozas en el lobby del hotel, un rico vaso de 400ml de Cerveza Ringnes (que aquí obviamente cuesta 8 euros).

2 comentarios:

  1. Conocia tu escencia, conocer tu "historian" te convierte "humano", gracias eternamente por compartirte.

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  2. Tal cual lo pintas, a veces uno se siente como en venta de ganado, horrible, pero contado por ti de una forma tan graciosa, la proxima vez que viaje solo reire.
    Yo.

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