agosto 14, 2010

Bitácora del Fenicio Trepador – 2353 horas

Es la quinta vez en dos días que bajo y subo montanas, hasta ayer totalmente extrañas y hoy más extrañamente, familiares.

La guerra destruyo mucho, pero también construyo buenas y no tan buenas cosas en esta nación.

Entre tantas, este camino sinuoso que cavado en la montaña por los pobladores, cuando Israel destruyó todos los puentes de sus rutas habituales, nos ahorra en una tediosa y empinada subida, 30 kilómetros de ruta, al pueblo de la familia.

Pueblo donde ayer, se celebrara la boda que les deje en ascuas y donde hoy, uno de los 7 tíos maternos de Elie, festejo el cumpleaños a Rita, su hermana mas temperamental.

Describir a Rita, a sus tres hermanas, padre y madre es un capitulo que encararé aparte, toda una experiencia de cuerpo y alma.

Lo cierto es que hoy, luego de un desayuno largo que paso el mediodía y un camino desconcertado a la playa de ida y vuelta, hemos subido y bajado nuevamente el escabroso camino que mantiene tan unidas tantas almas, para juntarnos, nuevamente, con una gran familia, …bueno, la mitad materna de ella, que para mi, huérfano, soy casi un pueblo completo.

La misma sencillez, mas cariño, mas reconocimiento por el día anterior vivido en ritmo de danza árabe, me recibió como parte.

También la misma cantidad y variedad de comida.

Seguro estoy, de que de haber llegado antes del mundial de futbol, ni la mitad sabrían que Uruguay existe.

La efusividad de Rita mantuvo la ensordecedora armonía en ebullición por cuatro horas, hasta que los postres mezclados con unas improvisadas "mañanitas" que en tono José Carreras intente regalar, se llevaron la noche.

Ventaja del visitante que se inspira entre tanto calor humano y goza de toda desverguenza.

Y aquí voy, ahora en un pequeño Ibiza azul comprado a cero por la benjamina de la familia, Paty, una preciosa morocha de 24 años que hoy a tenido un mal día en el trabajo.

Rita y Celine con sus rulos colorados y exuberantes que solo se humillan ante sus ojos árabes, son parte del adormecido “copilotado” bajando la cuesta, una vez más.

Mis nuevas hermanas, porque no puedo menos que sentirlas así al ser hermanas de Elie y al ver el cariño expresivo constante que se comparte en la familia y que por momentos, dejan llegar a mi desinteresadamente.


Debo confesar que es un sentimiento nuevo, que hasta ahora solo era compartido por Jelena (la esposa de Ivan) Gabi, (la novia de Nando) y las hermanas de Pao (Sibi, Dane y mi amada Pepa).

Elie, hace varios años, compartió el amor que ambos sentimos por mi mejor amiga mujer en toda la historia, Annie (Ana Ines Garay Robles), que su dios la tendrá sin duda en la gloria y muy cerca de él, desde que nos dejo el 17 de Setiembre pasado.

Prendimos de inmediato, compartimos casa en el indeseable DF y será seguro protagonista de muchas de mis historias.

En medio de la fiesta arribaron los novios de la noche anterior, más humanos, más defectuosos en sus ropas habituales, más cercanos.

Pensé en empezar a contarles sobre la boda, pero me di cuenta de dos cosas:
a) que es toooodo un tema para abordar independientemente, me gustaría prometerles que mañana será, pero…
b) que la chofer, como es habitual, esta a punto dormirse, así que debo usar todos mis encantos distractivos para mantenerla despierta desde el asiento de atrás hasta nuestra llegada.

Y aquí estamos, como pastor cuidando de sus crías, como papá que soy y no quiero negar, acompañando hasta la puerta de sus cuartos a mis hermanitas en minifaldas, con ojos dormidos, actitud cansada y sonrisa agradecida.

1 comentario:

  1. Que linda historia!!! profunda, paternal de hermandad, esas que siempre tendrán un lugar muy especial en tu corazón, tu tambien eres un sol.
    Yo.

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