diciembre 19, 2011

Punta del Este - Diálogos de padre e hijo

- ¿Para qué sirve la pera papá?

Ya tiene 12, tamaño de 16 y sigue durmiendo en la cama de arriba, si yo me quedo en su cuarto y desde el colchón del suelo, vigilo su respiración cambiante, su sueño poblado, su dormir inmutable desde la noche al amanecer.
Pensar que durante el primer año y medio de su vida no durmió.
Se despertaba cada 20 minutos, como bebé, pero ya no era bebé y las noches se hacían un paseo repetido e interminable entre su dormitorio y el mío.
Yo era quien me levantaba, lo llevaba y lo traía, a la teta de su madre, al paseo conversado, al cuentito o el repetido murmullo hecho canción de cuna al ritmo de la mano tibia que desde la cola mece a todo el cuerpo.
Los pediatras no entendían, las gotitas de homeopatía no acertaban a capturar su sueño.
Todo lo que había aprendido con sus dos hermanos y lo que los libros modernos en la línea de "Be father for dummies" nos enseñaba, carecía de poder para alargar su sueño, para opacar su sonrisa cada vez que despertaba, para frenar su búsqueda y su lucha por mantenerse atento.
Y toco psicólogo, "no debe estar solo en su cabecita!,  pensábamos, ¿como puede no dormir, ni de día ni de noche?!"
Así que una vez más Darwin nos recibió, escucho mi historia, escucho la de la madre y miró como el infante jugaba con su año y medio, chistando en lugar de hablar, riendo en lugar de dormir.
La tarde del descubrimiento nos cito, y como había sucedido con los desalentados pediatras y los despistados homeópatas,  llegamos en búsqueda de un milagro u otra gran decepción.
Con su calma mezclada de surfista y hare krishna, nos conto lo mismo que nosotros le habíamos contado y termino en:
- es simple (cuando no!!!) él se despierta porque quiere estar contigo. No te ve durante el día por tu trabajo y como  tú en lugar de retarlo o castigarlo por despertarte,  lo acunas, le hablas y lo paseas, el simplemente gusta de estar contigo.
Un dejo de incredulidad y rabia se dibujo en la cara de Tania, que traía 18 meses de sueño interrumpido.
- Solo debes pedirle que duerma.
- ¿Perdón? , le dije,  tratando de recordar las 5 a 10 veces a la noche que esperaba que Michel cerrara sus ojos.
- Si, el necesita una orden de tu parte, necesita que le marques cuando es hora de dormir. Generen una rutina habitual (si lo habremos hecho de veces!!) y llegado el momento, TU, debes decirle que debe dormir.
Opacamos la carcajada porque estábamos pagando por aquello y porque Darwin nos caía muy bien, y como quien trata de encontrarle razón a esta parte del rostro que llamamos Pera o Mentón, nos fuimos a la casa.
Cenamos, lo  bañamos, le pusimos su pijama y en la soledad habitual previo beso de su mami, lo lleve a su cuarto, lo acosté, pase mi mano por su frente deslizando los dedos entre sus ojos soñolientos y le dije:
- Descansa.
Acepto que esa noche despertó dos veces, aunque nosotros no dormimos ni un minuto esperando ver si la receta funcionaba. Pero de allí en más, mi palabra marcaba el final del día y a veces, ahora que esta grandotote, aún disfruto ver como se arruga cuando mi mano baja desde su pelo y mi deseo de recuperación escapa de mis labios.
Sigue siendo mi niño, como todos los hijos generalmente lo son para sus padres y todavía le duran las gotas de inocencia, la sana respuesta tonta que pelea con el gen adolescente por romper limites y ganar un espacio más.
- ¿Para qué sirve la pera papá?
Me preguntó y yo creí que me tomaba el pelo.
A los dos y los tres años el descubrimiento es diario, la pregunta constante, el "¿y por qué?" casi la única expresión presente, pero ya de boludo grandote, lo mire y no pude evitar reírme.
- ¿porqué debería servir para algo?, respuesta con pregunta que ni yo acepté.
Es el recubrimiento de la mandíbula, nada más. La mandíbula sirve para muchas cosas, ¿no hay dudas no? entonces, es solo un recubrimiento estético para que no te veas tan feo.
No lo convencí, magulló unas palabras entre dientes y siguió con alguna otra cosa.
Como hace siempre, como parece ser la regla de los chicos de hoy, nada los entretiene, los entusiasma o les interesa demasiado, todo es banal y pasajero.
Pasaron dos noches mas y muchas cosas durante los días, hasta que anoche mirando los Simpson y siendo testigo de sus últimas vueltas en la cama me dijo:
- ¿Para qué sirven las uñas papá?
Bueno, para muchas cosas, por ejemplo, para rascarte!
Pero piénsalo ancestralmente, cuando las uñas tenían tantas funciones como la tienen hoy para muchos animales. Una garra más que una uña, cuantas funciones!!
- Entonces, ¿Para qué sirve la pera!!?
Carcajada mediante, le explique que su cara se vería más fea si no tuviera pera y el nada tonto me dijo que si nadie tuviera pera, todos seriamos igual de feos y por ende, nadie extrañaría ese final carnoso del rostro.
- Bueno, pero todos los animales tienen pera, de alguna manera.
- No, una serpiente no tiene pera, una mosca tampoco.
- Ok, acordemos animales vertebrados.
- Mira, viste, Bart Simpson no tiene pera!! Mira, no tiene pera.
- ¿y viste que feos son?
- Andaaaaaaaaaa
Pensar que ellos creen que aprenderán mucho de nosotros.
- Descansa amor.

1 comentario:

  1. "Cada espacio del universo, le ha cedido un rinconcito a la ternura, para que aquellos de espíritu soñador, se acurruquen en las noches, para mecerse en la silla de la caricia, regalándole a la vida una nueva aventura, la aventura de derretir sus huesos en el amor, arrancándole a su existencia la cáscara del dolor". Un amor tierno, dulce, que admiro. PM

    ResponderEliminar