enero 10, 2011

Santiago de Chile – Las visitas de esta mañana – 0817 horas

El ruido lejano de trastes lavándose intentaba cortar mi sueño, resistente esta mañana.
Sabia que solo tu tenias la llave que habría mi puerta, pero por algún momento pensé que Mamá había decidido visitarme, quien sabe para decirme qué cosa que debía saber y solo ella podría explicarme.

Sentí tus pasos acercarse por la habitación vacía y el pasillo, hasta que en lucha contra mis parpados que no lograba abrir escuche:
- tienes lo que quieres, tu lo decidiste todo, ya … y la voz se me esfumó en la misma nebulosa que mis ojos intentaban ver desesperadamente.

Te tiraste a los pies de la cama, una cama que no era la mía de hoy y entonces recién pude enfocar mis pupilas.

Traías una malla de baño naranja o rosada, casi fluorescente, solo visible en sus tiras que sobresalían debajo de una ropa vieja totalmente negra, como tu cabello largo, que desordenado, completaba tu cara triste y pálida.
Te veías como siempre, tu silueta deliciosa le restaba importancia al luto y mis ojos lagañosos se perdían en las tiras del traje de baño que con su brillo, evitaban que viera los tuyos.

No sabia que hacías aquí, tampoco tu lo sabías.
Me gustaba pensar que tendríamos una charla muy muy larga, que lloraríamos juntos, que discutiríamos sin pelear y que talvez nos salvaríamos el uno al otro al final de la mañana.

Tú saliste a esperarme fuera, pero no era aquí.
Te sentaste en el pasto a la salida de mi casa de niño del Barrio de las Ranas, allí donde espere toda la mañana a mi padre cuando niño, para evitar el castigo de quien sabe que travesura tempranera, dibujando arabescos en el pedregullo, soportando la vergüenza de mi cuerpo semidesnudo y mi cara semidormida, expuesto a la entrada y luego, a la salida de los chicos del barrio en su día de escuela.

Yo me apure a preparar un mate y recién ahora recapacito en que jamás tomaste conmigo.
Se hacia difícil de lavar, tan difícil, que el agujero de arriba se agrandaba desproporcionadamente al raspar de la bombilla y un nuevo agujero se hacia para mi desesperada sorpresa en la parte de abajo.
Pero esos agujeros increíblemente no se comunicaban.

Parado en la cocina, tratando de entender si ese tiempo de limpieza prolongado mas allá de lo necesario en una tarea innecesaria, seria el mensaje de que en realidad, no deberías estar allí, tuve miedo de que te hubieras marchado.
Salí corriendo a la puerta, para comprobar que así era, que ya no estabas, y que no solo ya no tenía mate, sino tampoco con quien tomarlo.

Entonces lo ví a él.

Traía esas gafas gruesas que siempre escondieron su semblante espigado de hombre bueno. La entrada de la casita de la calle Loustane se transformo en HidePark en Agosto y me deje llevar en su compañía bajando por la ladera de pastos cortos que conduce a Kensington Palace.
Repitiendo el camino que busque disfrutar en mi huída meses atrás, hablamos pausado, cuando aun la imagen de tu cara triste y tus ropas negras impregnaba mis pupilas por despertar.
- tu ya lo sabes - me dijo. Ella tendrá un bebé pronto, ya lo has visto antes en tus sueños despierto por la playa. Ella tendrá un bebé y allí depositara todo su amor.

Aunque no sonaba así, sus palabras me hacían sentir que se trataba de nuestro amor, aquel que compartimos; y a sabiendas de que él conocía mi sueño de días atrás, me sentí feliz por un momento de confirmarlo. Tú tendrías tu bebé y podrías entregar todo tu ser a alguien sin capacidad de juzgar.

Finalmente abrí los ojos.
El sol empezaba a iluminar lentamente la montaña de enfrente, apenas pasaban las 7:30 de este lunes en que planeo empezar mi año y un sabor amargo gobierna mi boca.
No pude evitar que las lagañas se volvieran un par de lágrimas cortas y en mi pecho, parece estarse extinguiendo un fuego que durante el sueño, o talvez antes, agitó mi corazón y desbordó mi vientre.

2 comentarios:

  1. nostalgico sueño.una mezcla de muchas cosas que corren por tu interior o subconsiente.
    besos.

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  2. si hay para analizar,
    o meditar,
    o quizas mirar sin más...
    beso,
    cler

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