diciembre 09, 2010

Santiago de Chile - Haz tu vida memorable - 0631 horas



 
Esta vez os juro, no es cuestión de inconformismo.

¿Como el habitante de la montaña, que festeja su amanecer lleno de verde y golondrinas, puede añorar de tal forma el paraíso marino de Tunken?

Esa extraviada maravilla frente al imponente Pacífico, ese otro tipo de paz que se logra trepando rocas pobladas de tunas, flores, locos, erizos y estrellas de mar y en la danza viboreante de las algas y los cochayuyos gigantescos en cada ida y vuelta de la marea.

Es que estar aquí es llenarse del aire fresco y hoy tímidamente salado, de una marea extrañamente calma, al abrigo de los acantilados y de los casi inaccesibles portones de entrada a este paraíso esotérico exclusividad de algunos.

La Poza de los Erizos me recibió sedienta, en su nivel mas bajo de agua.
Pacífica sin la llegada de las olas, extremadamente poblada de la fauna marina que aprovecha la ausencia de su depredador mas voraz, el hombre.

Me senté en la roca de siempre, me invite unos trozos de jamón crudo enredado en gruyere, para hacer mas completo el sabor del Chardonnay bien frío que mi “heladerita” había conservado hasta allí. Y luego me perdí.

Me extravié en la espuma de la orilla y en la pesca de los Pelícanos.
Viajé por las tantas y tantas veces en que antes estuve allí, con gente amada que compartió mi acostumbrada sorpresa.
Me deje llevar por el acento italiano de Pietro, por la gracia gala de Ana, por la locura aplacada de Sylvia, la risotada kinestésica de Nando; por los suizos, alemanes, franceses e italianos que conocí y disfrute trepando esas rocas; por los vecinos extraños y cercanos, arrancados con sus ropas de playa del siglo XIX, por la Pepi, el Oscar y tantos otros amigos que disfrute iniciar en aquel placer, por ti.

Me sentí vacío por un momento.
Pensé en tantos otros lugares fantásticos que he compartido con placer, por ese ansiar transformar al otro, esas ganas de mostrarle con orgullo y humildad muchas veces mal leída que existe tanto por ver y vivir. Esa búsqueda de hacer grandiosa su vida o al menos, de dejarle soñar que puede serlo y darle una nueva estrella a la cual apuntar.

Me sentí vacío por un momento.
Me costaba encontrarme a mi mismo completo, satisfecho, contenido y amado en cada uno de esos lugares.
Viaje torpe el de cambiar la vida de los demás, viaje ineludible y enriquecedor hacer de la vida de uno mismo, un tiempo memorable.

Me sentí vacío por un momento.
Pero luego quise que estuvieras allí, comprendí que tu sonrisa y tu pelo dorado habían quedado impregnados en ese espacio y en mí.
Entonces me quite la ropa, y tan sano como el dios de tantos a este mundo me ha traído, me zambullí desde lo mas alto al agua congelada, para reconocer que sigo tan vivo como siempre y que allí por algunas horas, como en tantos otros lugares, encontrare siempre un momento memorable para seguir viviendo.

4 comentarios:

  1. Cuanta nostalgia en cada narracion....una descripcion maravillosa llena de dolor. Parceiera que ni toda la belleza del mundo alcanzara para colmar tu alma. Siempre intentas dar un remate positivo y energetico valorando la vida misma, la creacion...pero siento cierto dolor tras los aromas, los crepusculos,las personas que pasan por tu vida,las paredes de tu cabana..... un velo casi imperceptible , pero que sin duda acaricia la lectura de tus seguidores......es asi? Tus palabras son maravillosas y tu forma de ver la vida ...unica como cada ser humano lo es. Disfruto de tus paisajes, continua compartiendolos con nosotros.

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  2. Pena que en el video no filmaste tu sambullida !!

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  3. Por ser la persona que eres, como hombre, amigo y padre maravilloso, ya tu vida, es memorable.
    Yo.

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  4. por aqui tambien se oyeron sonidos de vacio aun en medio de tanta locuuuura...
    mi esperanza es que ese frio sea fecundo en mi, Dios quiera
    abrazo
    cdm

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