diciembre 22, 2010

Orlando – Enseñanzas de Disney - 4 de X

Seguro todos hemos escuchado sobre la magnificencia de las Cataratas del Iguazú, el glamour de Rodeo Street o la magia de Disney, pero por mucho que veamos o hayamos leído, nada se iguala a vivirlo.

Pasa con todo, con lo bueno y con lo malo.

No descubriré nada nuevo citando el flagelo de la obesidad en Estados Unidos, pero les aseguro, que como manda la regla, nada se compara con vivirlo.
Como viajero que soy, "culito con hormigas" dijeran las abuelas, "patitas con alas" como dijeran otros, me toca visitar los Estados Unidos periódicamente.

La evolución es terrorífica.

“El problema de los bóludos es que son muchos” decía Facundo Cabral. Lo mismo aplica a este tipo de flagelos cuando ves tanta gente amontonada.

En un cálculo totalmente subjetivo, yo estimo que había en el WDW de Orlando varios miles de personas, pongamos 10000 por solo tener una referencia.
Un 80% deberían ser norteamericanos por la época del año (8000).
Del total de la gente, estimo que no mas de un 0.5% podrían tener habilidades motoras diferentes, lo cual nos da un aproximado de 50 personas en sillas de rueda convencionales.
Hasta ahí, salvando la distancia de que Disney no tiene porque ser un muestrario exacto, los números son mas o menos aceptables.

El detalle reside en la obesidad y su evolución a mórbida, tan notable en el país imperio del norte.

Del total de gente, yo calculo que al menos un 30% por ciento, estaban en etapas inaceptables de obesidad, entre lo inaceptable y lo netamente enfermizo.
Y calculo también que incluídos dentro de ese grupo, al menos un 5%, o sea unas 500 personas (sino más) paseaban su mórbido volumen en carritos eléctricos especiales.
Esto no solo es un gran negocio, al igual que la comida que con voracidad repugnante tragan estas personas, sino que representa un estado de aceptación que agrava el problema.

Pasear por Magic Kingdom o Epcot, no hacia maás que recordarme la adorable película Wall-e, tan poco apreciada a pesar de sus tantos bien enviados mensajes profundos.
Era como ver la imagen del crucero estelar, con los gorditos felices recostados en reposeras tecno que los llevan de un lado al otro a fin de que consuman sin limitaciones ni exigencias físicas.

Es muy triste, ver hombres y mujeres con sus capacidades plenas, adornados en sus mejores ropas y joyas, postrados voluntariamente en carritos que se pierden alrededor de sus figuras.
Más triste es ver otros mas jóvenes y hasta niños, devorando cuanta basura pueden pagar, sin haciendo caso omiso del espejo ineludible que esta imagen tan repetida debería significar.

No ensayare sobre lo que limitan, lo que provocan al resto de la sociedad, los costos que tiene generar una infraestructura y servicios que en honor al "respeto", no hace mas que promover el crecimiento del negocio alrededor de la enfermedad y por ende el flagelo.

Es triste, muy triste, para los que pueden ver.

Si pensamos que en Disney no debe haber más de un 30% de adultos mayores de 30 años, como mucho, el porcentaje de adultos postrados sin otra enfermedad que la obesidad se dispara a casi el 20% y el de obesos excluyendo niños y jóvenes se desdibuja en casi un 80% de la población adulta norteamericana.

Una barbaridad, que no esta aislada de otras entradas de este blog, en lo que versa sobre los valores, la manipulación social y económica, la evolución humana, la involución imperial y la propia nueva versión de la apocalípsis.

Muchos podrán decir esto no es representativo de mi pueblo.
No podemos olvidar que hace mas de 50 años, allá arriba, han decidido el camino de nuestra raza.


1 comentario:

  1. muy fuerte, realidades innegables...
    sin embargo algo me pide que confie en que podemos hacer uso de esa liñita de libertad que se les haya escapado para hacer a partir de ella diferencias significativas en mas de un plano
    te abraza,
    cler

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