diciembre 18, 2010

Orlando – Enseñanzas de Disney – 1 de X


Falta una hora para que cierre el parque y el mismo tiempo para que el sol se oculte.
Después de tantos días fríos, este viernes cálido nos ha traído al mediodía, por el parque de agua.

Llevamos casi seis días solos y juntos,  y desde hace dos, todos los limites están siendo puestos a prueba.
Típico de un chico de once años, típico sin importar la edad, de cualquiera que pasa mucho tiempo conmigo. Que todo funcione, que las cosas sucedan sin demasiado trabajo y que todo sea disfrutable se vuelve aburrido.
Hasta el caviar cansa, me decía Lore hace varios años atrás, una verdad que me ha costado entender.

Blizzard Beach es talvez, el parque acuático mas bonito que conozco; es, es, es tan natural.
Tan lleno de árboles y pequeños caminos que en los típicos días de calor de Orlando, brindan la deseada sombra. Caminos que confluyen, caminos que llevan a cualquier parte, caminos cada uno parecido al otro.

Faltan 50 minutos para que cierre el parque y él aún no aparece.
Hoy ha elegido perderse, dos veces no lo logró, esta vez se lo permití.

Estábamos disfrutando la tirolesa, cuando se le ocurrió volver a una de los toboganes.
Tomó el camino equivocado y logré detenerlo a tiempo.
Luego eligió ir por el Río artificial que rodea todo el parque en un viaje largo para girar casi todo el trayecto a favor de la corriente; lo deje, y le avise que lo esperaría en la salida correcta.

Es difícil salirse donde uno quiere del Río, ya lo habíamos experimentado al principio de la tarde.
Todo es tan igual.
Demoró más de lo esperado pero llego al lugar de encuentro, entonces, me ignoró.
Me miró con esa cara picara de siempre y siguió.
A los 30 metros me miró de nuevo.

- te perderás, le dije...y siguió nadando.

De esto hace 1:15 horas.
Lo espere donde pudiera verlo, lo cual para mi ya era una prueba dura, buscarlo, seguirlo, aunque fuera a escondidas habría sido lo normal.

Pero lo espere y recordé que anoche me dijo:

- tú siempre vez algo malo papá, porque?

Y coincidió tan bien con lo que hoy es el objetivo de mi terapia, que lo dejé y lo esperé.

Luego decidí no esperarlo y tratar de hacer mi rato, como tantos padres.
A su edad yo trabajaba hacía años, robaba sexo y andaba solo por el mundo.
Que le podría pasar a él, en la ordenada, hiperprevisora y cuidadosa realidad de Disney World?

Entonces me di otro chapuzón en la piscina, trate de relajarme en las olas artificiales y tomar un poco de sol.
Volví al locker, me cambié, tomé mi segunda manzana del día y aquí estoy; sentado bajo los últimos rayos del solsito que ya se oculta tras los árboles, esperando sin querer esperar, buscándolo sin querer buscar, distrayendo mi desesperación mientras les cuento esto en la blackberry.
Falta media hora para que cierre el parque y él aún no aparece.
Solo tiene su bermuda mojada, nada más.

Es un niño inteligente y ubicado, aunque de poco vale eso cuando tienes alguien con todas las respuestas a tu lado, alguien que jamás se ha perdido y que siempre conoce el mejor camino.
Pero ahora no esta conmigo y si bien le he dejado comprar algún helado por si mismo, su ingles discreto y vergonzoso ha probado ser ineficiente.

- Tú siempre vez cosas malas papá - me dijo.

Yo había presenciado una mala elección de comida, una llegada tarde a un desfile que solo podría ver esa noche, una oportunidad perdida tras un mundo de gente que luego emperrado no quiso solucionar (y que yo filme integro para que algún día pueda verlo). Había vivido como se perdía las tres cuartas partes del mejor espectáculo de fuegos artificiales que he visto ( que también filme completo), sentado en el único lugar donde un kiosko y un árbol tapaban el Castillo de Cenicienta.

- Tú siempre ves cosas malas papá - me dijo.

Obvio que quería ver el desfile, y los fuegos artificiales, ¿porque entonces lo arruino? ¿Porque no se dio cuenta?, ¿por castigarme a mí? (cosa que sin duda logró)
Cuantas viejas historias se me vienen a la cabeza. Cuantos viejos castigos recibidos. Siempre con justicia seguro, sino porque castigarías a alguien que amas.

Faltan 20 minutos para que cierre el parque. El se las arreglará.
Seguro no se resbaló en ninguna vereda; seguro no se golpeó en ningún juego; seguro no tiene ni sed ni hambre. Seguro no necesita comunicarse con nadie y el frío no es opción cuando uno se esta divirtiendo.
Talvez descuente que yo lo estoy viendo desde muy lejos para asegurarme como siempre que todo esta bien.

Que linda sensación, desconocida para mí.

En algún rincón me gustaría que apareciera con los ojos húmedos, sintiéndose perdido.
Pero seguramente no pasara.
En otros rincones mas siniestros, hasta pensé en irme al hotel solo.
Seguro llegaría, pero jamás igualaría con sus emociones el pesar que yo sentiría.
¿Y si algo le pasara? ¿Como lo explicaría? Yo por supuesto, porque yo soy el que debe explicar. No porque tenga once o porque sea mi hijo, sino porque yo soy el mas fuerte, el que debería prevenir y solucionar.

Porque no alcanza las 100 veces que lo dices, que lo adviertes.
Porque tiene que pasar y porque, cuando pasa, otra vez me siento culpable y talvez el ni cuenta se dé.

Aparecerá, con la misma sonrisa que vive, ni miedo de una palmada tendrá, porque jamás se la ha ligado. Supuestamente debí haber mejorado y madurado desde los 90 cuando Anthy y Nicole, por respeto que muchos llamaban miedo, hacían lo que yo decía.

- Tú siempre ves cosas malas papá - me dijo.

¿Que hay de malo en que al sol? le queden 15 minutos igual que al parque y él no esta seco, ni vestido, ni encontrado.
¿Sabrá él lo que es estar perdido? ¿Aceptará que así se llama la sensación de desprotección que desconoce? ¿Se hará responsable de estar en esa situación?
O por el contrario estará por ahí corriendo, para aprovechar las últimas tiradas en algún tobogán, y los últimos chapuzones en la piscina. Totalmente inconsciente de lo que yo escribo, pensando: que bueno esto de que no estén arriba mío!!!

Ya somos pocos en el parque, el sol se cuela por las ramas bajas, la temperatura ha vuelto a sus niveles fríos de estos días. Voy a buscar mis cosas al locker. Una campana y un anuncio en ingles, indican que todos debemos abandonar el parque.



EPILOGO: Apareció como siempre cuando estaba cerrando el locker.
Apareció como lo hacen los inocentes irresponsables, como si nada hubiera pasado.
Error, mío obvio, nada paso ni pudo haber pasado.

- Tu siempre ves cosas malas papá, ¿porqué?.

3 comentarios:

  1. Nunca pensaste que no sabía la hora? Que cuando avisaron que el parque cerraba él simplemente se levantó de su juego y fue hasta donde su papá lo esperaba? jeje

    Divina publicación !! Lo leí sin saber el final, aunque ya lo sabía (Michel aparecería sano y salvo, cuando fuera el momento, con cara de pocker y sin ningún sentimiento de culpla por haberte preocupado) Que sin dudas ni siquiera lo pensó.

    Tania.

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  2. bellisima tu desverguenza al narrar. Gracias por tanta transparencia, por no protegerte tú.
    Sincerarse...cura y acerca
    abrazo,
    cdm

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  3. Junto a la filmaciòn del desfile y los fuegos artificiales yo guardarìa esta crònica. Y un dìa... dentro de 10 años se la regalarìa, como prueba viviente de lo que sentimos los maduros superados.
    A pesar del estrès (yo si me asusto y mucho) me encantò leerte.
    Tania: te felicito por el temple, si me pasa a mi, directamente llamo al FBI.
    Pat.

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