Solo da la
casualidad que por estos días, el Equinoccio se hace parte importante de mi
vida.
Da la
casualidad que este día igual de largo que la noche que me espera, me vió poco
en la terraza; y la noche me seguirá viviendo en lucha por el sueño, por un
sueño, por mi sueño.
Hoy me siento más del Norte que del Sur.
Yo que soy orgulloso hijo de este hemisferio.
Tal vez porque quiero identificarme con el largo día de seis meses que se inicia en polo al que apuntan todas las brújulas y no con la noche oscura que se cierne sobre el casco Antártico.
Una lucha entre lo que se quiere y lo que se vive, después de un largo día de esperas y ansiedades y con una larga noche por delante para seguir exagerando la herramienta que excava problemas para enterrarnos.
Yo que soy orgulloso hijo de este hemisferio.
Tal vez porque quiero identificarme con el largo día de seis meses que se inicia en polo al que apuntan todas las brújulas y no con la noche oscura que se cierne sobre el casco Antártico.
Una lucha entre lo que se quiere y lo que se vive, después de un largo día de esperas y ansiedades y con una larga noche por delante para seguir exagerando la herramienta que excava problemas para enterrarnos.
Hoy el sol
cruzó el Ecuador celeste en el punto de Aries -mi punto, el pasaje cosmico de lo negativo a lo positivo -, a pesar de que
estamos en la era de Piscis - tu era, solo justificada por la imperfección celebrada del eje terrestre.
Resulta hasta gracioso aceptar paralelismos entre mi hartazgo a los valores de estos tiempos y tu desaprensión desinteresada, exenta de cualquier punto.
Resulta hasta gracioso aceptar paralelismos entre mi hartazgo a los valores de estos tiempos y tu desaprensión desinteresada, exenta de cualquier punto.
La tierra
vive tiempos de equinoccio y mientras unos se aprestan a tirar sus taparrabos,
otros, se resignan a desempolvar sus pesadas ropas.
Siempre tratando de disfrutarlo.
Algunos humanos tenemos esa virtud de encontrarle lo bueno a todo, aún cuando sea funesto; ¡y lo gritamos a los cuatro vientos porque cuando así lo logramos, nos sentimos y nos reconocen elevados!
Siempre tratando de disfrutarlo.
Algunos humanos tenemos esa virtud de encontrarle lo bueno a todo, aún cuando sea funesto; ¡y lo gritamos a los cuatro vientos porque cuando así lo logramos, nos sentimos y nos reconocen elevados!
Pero qué
bueno sería siempre encontrarle lo bueno a lo bueno y dejar de lado lo malo.
Utopía sin la
cual no sabemos vivir.
Utopía refrendada por la imperfección que todo lo justifica.
Utopía que nos deja seguir creyendo que hasta ahí no podemos llegar y al final del día, nos consuela en nuestros fracasos. Pequeños o enormes, fracasos.
Utopía refrendada por la imperfección que todo lo justifica.
Utopía que nos deja seguir creyendo que hasta ahí no podemos llegar y al final del día, nos consuela en nuestros fracasos. Pequeños o enormes, fracasos.
Pero qué
bueno sería siempre encontrarle lo bueno a lo bueno y dejar de lado lo malo.
Son tiempos
de equinoccio en la tierra y un poquito
más allá, también.
Son tiempos en los que si dejáramos nuestro egocentrismo y miráramos con ojos imparciales, podríamos aceptar sin creer en dioses ni en aliens, que otros planetas y otras estrellas, también viven sus primaveras.
Son tiempos en los que si dejáramos nuestro egocentrismo y miráramos con ojos imparciales, podríamos aceptar sin creer en dioses ni en aliens, que otros planetas y otras estrellas, también viven sus primaveras.
De pura
casualidad, soy Aries y hoy, es punto de inicio, de despegue, de reorientar
objetivos y atravesar como siempre, barreras.
De pura casualidad, eres Piscis, y hoy la astrología dice que sería interesante que aprendas a valorar cosas a las que apenas dabas importancia y soltar otras que parecían relevantes.
De casualidad, mañana tu y yo, decidiremos si este equinoccio nos une o nos separa.
De pura casualidad, eres Piscis, y hoy la astrología dice que sería interesante que aprendas a valorar cosas a las que apenas dabas importancia y soltar otras que parecían relevantes.
De casualidad, mañana tu y yo, decidiremos si este equinoccio nos une o nos separa.
Mañana, por
primera vez sin volar, podré decidir si sigo al largo día del Norte o me
encierro en la oscura noche del Sur, hasta un próximo Equinoccio.