- Lo lamento, de verdad.
- ¡Si!, ¿verdad?
- ¡¡No vale la pena!!
El tiempo me ha
llevado, sin querer, sin vocación especial, sin profesionalismo detrás más allá
de la propia experiencia, a observar las parejas a mi alrededor y confirmar,
cada día, en cada momento y en cada lugar, como hemos decaído, nosotros los
humanos.
Y no sé si es un
tema generacional, talvez siempre fue así; para mi hemos caído, de mis búsquedas y
expectativas, a esta realidad.
Confirmado por
años, pero aun reincidente, yo, de los que buscan, de los que quieren…de los
que quisieron. De los que, siempre pensaron yo puedo revertir esto, por lo
menos en mi vida; y he fracasado, rotundamente, muchas veces.
Ayer en el
recital de Vanesa, escuche una canción que no conocía “INMUNES”, que habla de
como uno abandona sus vínculos, por motivos que nunca esta claro si son o no suficientes.
Pero, lo que hace que uno dude, es justamente eso, la existencia del pinche
amor, de eso que te une, que te vincula, que te hace sentir mejor, que genera hormonas
y enzimas de felicidad, y te hacen sentir diferente.
Lo cierto es, que
cuando vas a la absurda realidad, aunque mucha gente dice que “vemos la
realidad como somos, no como es”, yo tengo registros completos, muchos, de cómo
la realidad, en este caso, es como yo las veo y no como yo soy. Lo único
personal, esta en la mirada, en la capacidad y porque no, la búsqueda de ver.
Me contesto, con ambas manos abiertas al final de sus brazos extendidos y un rostro que sufría algo que yo sabía, seguiría sufriendo por mucho tiempo.
- ¡No vale la pena!
Alcance a balbucear mientras giraba mi rostro y continuaba mi camino.
Las cuadras siguientes quise imaginarme el instante después.
Por ratos sonreí solo en medio de la noche pensando en el milagro de haber tocado
un alma a tiempo; en otros, adivinaba como esa niña, que podría ser mi hija,
talvez tomara una opción menos valiente desperdiciando su tiempo de vida, lo
mejor que tiene, en ese fracaso anunciado.
Tal vez no cambie nada, talvez si.
Dice Vanesa en Inmunes: “…la calle me devuelve, con violencia, las parejas…como si se quisieran más”
Observar parejas, ejercicio que por diversión o por la simple necesidad de comparación, hemos hecho todos en algún momento de nuestras vidas. Y es que ser conscientes de otras realidades nos hace ser conscientes de la propia.
ResponderEliminarEl “vale la pena o no” que entregamos a los demás carece de valor objetivo cuando los parámetros que manejamos al expresarlos son de nuestra propia experiencia, y se anulan más aun cuando, en comparaciones previas de mirar a los demás, logramos reconocernos en un lugar elevado y aun así ocurren desencuentros.
El “vale la pena o no” que entregamos, sin duda da más claridad al que lo recibe, que lo que en ese momento esta iluminando a quien lo entrega.
…Y queremos acercarnos cada día
Atragantados de fingir indiferencia
Permitimos la avaricia, estamos locos
No conformamos con tan poco…
Esa la estrofa que me mas me llega de lo que compartes.