octubre 19, 2012

Estambul - Instantáneas muy personales

Las que quieren miran igual aquí, en Mexico o en Chile, supongo también en China o Dubai.
Somos iguales, somos humanos, en cualquier parte.
A veces más libres.
No a mí, que soy testigo invisible de esta noche de Estambul.
Tal vez soy yo, tal vez el Raki, que sabe igual que la Rakia de mis amigos Servíos o el aguardiente de los Colombianos.
Porque somos humanos, en cualquier parte.
Es un poema observar la gente.
Mi pescado grill en Estambul, cuidó mi Colesterol y agrego una cosa más a la lista de "no comer".
Es un poema mirar la gente.
Estoy en medio de un bullicio fenomenal y mis ojos miran la blackberry que les escribe.

No entiendo el idioma, pero sé lo que pasa.
Dos mujeres feas empiezan sus arreglos con dos hombres feos, que hoy casualmente se han sentado en la mesa contigua a ellas.
Manejan los códigos.
Con el paso del tiempo los cuatro se vuelven lindos.
Una de ellas enseña su "hilo dental", amenazante, diminuto bajo su pantalón rojo de tiro corto que muestra "La Alcancía" cuando se sienta.
Siento la intención de avisarle desde el restaurante de al lado, pero tal vez ella lo sabe mejor que yo y arruinaría su plan.
La otra encendió su encendedor y dejo que el de la otra mesa le prendiera el cigarrillo largo, fino y largo, promesa de sexo prolongado que se saborea por instantes eternos, parte de la mentira que se actúa al momento de la seducción.
El no lo sabe ni lo quiere saber, pero la conquista de esta fea le llevara toda la noche.
Pero la noche recién empieza en Estambul.
Levanto la vista para no parecer uno de los atrapados por la tecnología y casi me mareo.
No lo soy, no soy un atrapado, soy un hombre que usa herramientas.
Quién de todos estos miles de desconocidos en cacería pensaría que estoy escribiendo mi blog. Tal vez ninguno y si así no fuera, como me gustaría que alguien preguntara, que escribes.
¿Que escribes en medio de la locura de la avenida Istiklal de Estambul?
Los feos se van, de a cuatro.
Otros ocupan sus lugares exitosos.
Ellas llevan caras alcoholizadas imprescindibles,  porque lo veo en sus ojos,  lo sé  porque el liquido blanco que tomaban resulto igual a la mezcla de Raki con agua que el mozo me enseñó mientras me robaba cobrándome la cena y preguntándome por Lugano (el Capitán de Uruguay) que juega en el Galasataray.
Lo sé porque son humanos.
Acepto.
Ya pague y nadie entiende que hago sentado entre mil gentes llenando de dedos un teléfono.
Me miran y no sé que decirles.
¿Les explico que envió un SMS a mi amigo del alma que atiende a alguien tan enfermo como yo pero menos que él,  en Uruguay,  diciéndole que lo amo?
¿Les explico que imagino la sonrisa y nervios de Anthony en medio de tanta efervescencia sin saber cómo responder, como dar solución al éxtasis solo porque aunque joven soy su padre?
¿ Les explico que aunque esto es de otro planeta quiero estar contigo, charlando y acariciándote como si el mundo ya se hubiese terminado y solo tú y yo quedáramos para formar juntos,  la nueva humanidad?
¿Qué hago?
Ya se llevaron todo lo que sobraba en la mesa.
La gente sigue pasando.
Tomo el resto de mi Yeni  Raki con agua y me voy en la búsqueda del bullicio que termina en mi almohada, rogando soñar contigo.
 
 
 

6 comentarios:

  1. Y ojalá tus sueños se cumplan.
    Beso inmenso.

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  2. me imagino toda la situación, debe ser realmente increible la experiencia de estambul-
    linda entrada. beso.

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  3. ojala sea yo con quieres soñar hoy.

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  4. Imagino todo, y si, da nervios saber que estás en un lugar así...

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  5. ¨ Déjame soñar que es conmigo con quien sueñas¨

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  6. Upss, ¿ cuántos corazones latiendo por él tiene Ismael dispersos por el mundo?. Excelente apertura de ojos

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