agosto 17, 2024

Guardia Vieja - Una de tantas noches

Hoy soñé y confieso que estaba despierto.

Soñé que vendrías, que llegarías con el rostro adecuado y las palabras justas a buscar otro abrazo que te contuviera, que aceptara tus disculpas y consolara tu pena.

Tu pena de ti, tu vergüenza.

Hoy soñé que vendrías, que la responsabilidad inevitable incomodaría la culpa y ella te arrastraría indefectiblemente aquí, a primera hora.

Soñé que dejarías una vez más tus lágrimas en mi pecho, ahora de forma honesta, y empezarías a entender, que ya no quieres volver a estar así.

Hoy soñé y confieso que estaba despierto.

No viniste, seguro no hay culpa en ti, jamás te haces responsable de tus actos, es más, todo lo que haces está bien para ti.
Lloraras otras lágrimas, también otra vez, cuando ya no encuentres mi abrazo y mi pecho.

Y volverás a estar así. 



agosto 09, 2024

Guardia Vieja - ...lo mejor de mi.

 

Hoy di una vuelta más antes de irme a la cama.

Revise las fotos de mis niños que pululan por la casa, entre las copas de la cristalería, la alacena y los platos, bajo los cuadros o sobre los baúles, en todos los lugares donde miro, porque desde siempre estuvieron allí para que pudiera encontrarlos, siempre.

Pensé en escribirles un “te amo”, antes de irme a dormir, pero supuse que los preocuparía, así que dejo mi amor de siempre, inmenso e incondicional en estas líneas.

Como es habitual estos días, estas semanas y estos meses, mi “hasta mañana, te amo” fue para Whisky que se acostumbra a ese sonido que antecede el apagado de la luz y mi encierro por una noche más.

Son días de crecimiento, por muchas razones.
Porque así lo siento, porque así lo cree mi terapeuta, porque así lo demuestran mis resultados y porque así se refleja en la forma en que la gente me ve, extraña hoy para mi, como el Ismael de ayer, el de siempre. Ese que hoy me suena tan lejano y a veces, envidio y otras, agradezco haber encontrado la via de dejar atrás.

Hoy ha sido un día gris, un ciclón se anunciaba y pasó, pero sin sacudones, sin violencia. Ciclones mas peligrosos aun que nos frenan y nos obligan a mirar adentro, a entender donde estamos, como estamos y con quien.

Puse mi vaso de hoy sobre “Hablemos de Vino” que oficia de libro de cabecera y mesa de noche por estos días y me decidí a escribir estas líneas, esperando siempre por esa inspiración bendita que me atraviesa y baja a mis dedos.

Hoy no parece estar, hoy no parece querer asombrarme, pero el solo registro del momento me regala dos cosas: hice lo que sentí y pasado mañana, cuando vuelva a leer esto por tercera o trigésima vez, recordare como me siento hoy y será ineludible referencia del pasado, para entenderlo como tal y sentir que ese futuro que será presente, siguió el proceso correcto, el sano, el limpio, el que me lleve a lo mejor de mí.