diciembre 11, 2012

Desde el Aire - Uruguayos.

Es un poema verlos desde mis ojos coterráneos llenos del polvo de tanto mundo.

Una vez más estoy frente a una puerta de embarque lejos de casa, que anuncia un vuelo cada vez menos explicable con destino a Montevideo.

Y allí están.
Y allí llegan.
Los uruguayos que retornan a casa.


Son una raza desigual  que lleva la nacionalidad por dentro, a veces demasiado dentro.
No son reconocibles por la "bunda" Brasilera, ni por la exótica apariencia sabrosa de los caribeños.
No se les nota el taparrabo producido y egocéntrico de los Argentinos, ni las curvas obesas de los Norteamericanos.
Allí van,  incomparables unos a otros,  aún cuando estén todos juntos ocultando la ansiedad frente a un portón de embarque.


Visten "de retazos", son aquellos que se miran menos al espejo;  son los que si quieren lucir a la moda o desatinan o se ven truchos.
Son ellos, los que carecen de modos refinados y también de malos modos.


Ellos, en el medio del todo, dificilmente extremos.

Manchados por las marcas de tanto andar y buscar vida.
Porque así se identifican.
En esa luz a veces pequeña a veces inmensa,  en los ojos de quien busca y nunca encuentra.


Insaciables y quejosos, mezcla de mártir y héroe no reconocido.

Allí se nota, en sus ojos que miran disimulados y que de a rato se van, se ocultan, dan lugar a ese gris que tantas veces nos define y se dejan inundar por la pequeña resignación, la derrota que nos deje pensar que no se puede;  por suerte muchas veces solo para volver a buscar.
Por aquello de "recular solo pa'tomar carrera".


Allí están.
No siguen ninguna regla.
Cada uno absorto en su propia realidad.
Se mantienen poco sociables,  como esperando él primer mate para despertar a la más abierta y sincera camaradería.


Se suben al avión sin preámbulos.
No charlan, no trancan el paso, no vacilan en la búsqueda de su asiento.
Comen lo que viene, y cierran sus ojos para que no se note la ansiedad por llegar.


Palpitan con un entusiasmo que ni sus caras pueden ocultar cuando se toca tierra, después de haber visto por las ventanas como allá, allá abajo en él paisito,  todo sigue igual.
Y saldrán sonrientes. Buscará cada uno por su lado encontrar a alguien que los espera mientras aguardan las valijas, en un aeropuerto Uruguayo, preparado para Uruguayos, donde a nadie verás hasta no llegar al final.

Traen de todo.
Son los salvadores de los que se quedaron.
Son los triunfadores que se fueron y los fracasados que regresan.
"El que se fue no es tan vivo, el que se fue no es tan Gil"


Los que llegan de visita se irán gordos del asado, bien servidos de mate diurético, sin un peso en la cuenta  extranjera que tanto les costó ahorrar y masticando la lágrima amarga del no debí venir, pero como los voy a extrañar.

Los que llegan a quedarse,  excepcionalmente encontraran consuelo en un país que solo acuna con tibieza a los que se retiran, pero con una jubilación "de afuera" ; o están dispuestos a cambiar trabajo duro y lo básica cubierto,  por algo de miseria llena de cariño y buenas intenciones.

Los recibirán con abrazos, besos y hasta llantos al tiempo que sin maldad alguna medirán el tamaño de las maletas y la exuberancia de las ropas mal combinadas,  para tratar de adivinar cuanto traen para dejar y que tan cierto es el cuento que contarán.

Llegáremos  los otros también.
Llegaremos los oportunistas que nadie espera.
Los que cruzan las puertas primero que nadie sin mirar siquiera la muchedumbre que se amontona del otro lado de la barda.
Esos que caminamos seguros y no dudamos ni un instante entre izquierda y derecha.
Los que queriendo parecer ausentes de la realidad esperan ser identificados por alguien del montón,  que ojalá no les grité y solo piense "como la tiene clara" al verlo pasar.


Uruguayos, raza ecléctica de a muchos ratos fiel gallego que baja la cabeza para trabajar, ahorrar y vivir con austeridad y en otros, tano fiestero que desfila por la vida con las ansias intactas de ganar, él hambre desordenado por demostrar y la pasión intacta por encontrar.

5 comentarios:

  1. Que sensibilidad especial la tuya de poder ver tantas cosas en otras personas estando en un avión, en inmigración y la tan odiada aduana y luego el reencuentro con los familiares..........siempre es adorable volver a ver a la gente que queremos.
    Un beso grande

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  2. Que cierto es todo esto, es así,tal cual. beso

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  3. Son los pequeños detalles en cada una de sus descripiciones, los que hacen de sus entradas algo que nos invita a querer conocer o vivir lo que leemos allí.

    Gente linda en Uruguay, habra que conocer a mas de ellos!

    PM

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  4. Se siente un poco gris después de haber leído, pero es un dulce gris.

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  5. Observaré a más uruguayos en los aeropuertos a partir de esta entrada. Siempre es agradable leerte y saber que nos regalas algo a través de esto. Gracias por seguir escribiendo.
    Erica

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